En el Presupuesto de Egresos de la Federación 2019, se han asignado 1,000 millones de pesos para la creación de las 100 universidades repartidas en las zonas más pobres de todos los estados del país.

Estas 100 nuevas universidades deberán ser de calidad. Es de relevancia invertir en la educación, en todos los niveles, así como asegurar su atributo indefectible de calidad en tan delicada labor. Es estratégico para el progreso del país, formar el capital humano para hacer de México una nación favorablemente competitiva en el entorno global, en lo que sí se ha avanzado, pero quedan retos pendientes.

Debemos lograr mejores rendimientos académicos en los educandos, fortalecer los esquemas de evaluación y asegurar que los maestros resulten competentes para el cumplimiento de los propósitos de disponer de una educación de calidad. Asimismo, es un desafío aumentar la matrícula educativa con programas de calidad, así como disponer de la infraestructura necesaria.

En el caso de la educación superior, se requiere de carreras que tengan pertinencia, que realmente ofrezcan la oportunidad de que los egresados se inserten en las actividades productivas, en el sector privado y en el público, con compromiso social.

En el perfil de universidades modernas, es fundamental que se impulse la investigación científica y tecnológica, así como la innovación, lo cual implica que los profesores sean posgraduados e investigadores, generando así las condiciones para formar capital humano creativo. En las universidades más prestigiosas del mundo, los profesores tienen, en la mayoría de los casos, el grado de doctor y son investigadores. La UAQ ha evolucionado en esa dirección, lo que la ha convertido en una de las mejores instituciones de educación superior (IES) en México.

En nuestro país, las universidades públicas estatales son las que cuentan con la mayor proporción de estudiantes inscritos en programas de licenciatura escolarizados de buena calidad, del orden del 86%, son la mejor garantía para impartir educación de calidad, de acuerdo a los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES), actualizado, corte al 30 de noviembre de 2018 (SEP) 1, 108,194 de matrícula total en esta principal modalidad educativa. Las universidades públicas federales y los institutos tecnológicos contribuyen con 572,935 estudiantes inscritos en programas de calidad, de un total de 917,284 de sus alumnos. Las instituciones particulares cuentan con 208,667 estudiantes en programas de calidad, de un total de 1, 034,908 alumnos inscritos, lo que en ellas representa el 20.16% de cobertura en programas de calidad. El total de matrícula en programas de normales, Técnico Superior Universitario y licenciatura escolarizados es de 3, 625, 455 alumnos. La matrícula total en educación superior es de 4, 209,860, que incluye la no escolarizada.

La expectativa de que las nuevas 100 universidades se ubiquen en las zonas mas pobres del país entraña diversas dificultades, porque en esas zonas los egresados de la educación básica reflejan rezagos que continúan manifestando en el bachillerato, conocimientos deficientes en matemáticas, física, química, lectura y escritura, entre otras materias.

Pensar en que un egresado de una universidad deba quedarse en su comunidad, parece no del todo sensato y poco viable, porque eso depende de las oportunidades de trabajo. Será también difícil disponer del profesorado calificado y necesario, que acepte radicarse en esas comunidades más pobres.

Un egresado de cualquier universidad debe estar preparado para insertarse al trabajo en cualquier parte del mundo, si bien es cierto que las universidades han de generar profesionistas y posgraduados con énfasis y conocimientos para atender las problemáticas de su región y del país.

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