Los artistas de la gran Carpa Intolerante, ya sea mexicanos o extranjeros, son en algunas ocasiones importantes en sus propios países, pero siempre será para ellos un máximo logro formar parte del festival Vive Latino.

Mis estimados lectores, un gusto de nueva cuenta, el día de hoy vamos a platicar de las experiencias que he tenido con toda esa banda emergente, con los que he pasado un buen de anécdotas y momentos de esos que te marcan.

Este amor por los grupos emergentes surge porque trabajé casi dos años con ellos y ahí conocí el meollo de querer estar en el escenario, aunado a una plática que tuve con Sal Toache, amo y señor de la Carpa Intolerante del Vive latino; Sal, un tipo de apariencia recia y algo serio a primera instancia, se atrevió a compartirme algunas de las formas o dinámicas para conseguir bandas para los festivales, en los que deja marcada su huella en esta industria de la música.

“La Carpa Intolerante es un proyecto que valoro con el corazón, que nació con la organización del Vive Latino; un día nos dijeron a Discos Intolerancia hay este proyecto, evidentemente cuando nos lo plantearon nos pareció algo increíble, pues es el festival más importante de habla hispana y podríamos proponer a la banda emergente, ¡imagínate cómo nos sentimos!”.

La Carpa Intolerante definitivamente fue una gran oportunidad para todas las bandas e incluso, ya se había llevado hip hop, electrónico y como fans siempre se busca algo nuevo, y ya con casi 10 años han desfilado por ella gente como su majestad Silverio o Hello Seahorse!, entre otros muchos grandes.

Ya de la escena musical, algo que me quedó grabado es que, para poder formar parte de la Carpa, sean bandas emergentes o no, se tiene que tener un lenguaje específico, que pudiera diferenciarse ya que en algunas ocasiones, específicamente en la primera Carpa, hubo bandas con una larga trayectoria, pero que su estilo no era precisamente rock, se movían en la escena de este género musical y accedieron a este gran espacio, aunque no era en realidad lo que se buscaba plasmar en su totalidad, así que se buscó adaptar a cada tiempo, a cada año desde la trinchera de cada responsable de esta.

El Vive Latino cumple 20 años y la Carpa una década, tiempo por el que han pasado más de 300 bandas, una de las características es que en la Carpa no se repiten artistas, se busca que en cada edición posea  una cara distinta, con el fin de tener una variedad musical para toda la gente que se hace presente, pues el público  es cada vez más exigente y sabe que verá  artistas que por primera vez se presentan en el festival o, incluso, en muchas ocasiones nunca habían estado en el país, esto es algo de lo que nos espera en esta gran Carpa Intolerante, amigos sin más tinta y papel nos leemos la próxima semana.

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