El gusto por el café, la cerveza o el refresco de cola está relacionado con los genes que detectan las propiedades psicoactivas de estas bebidas que proveen una sensación de bienestar, lo cual las impulsa a seguir consumiéndolas, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Northwestern.

Marilyn Cornelis, autora del estudio, mostró que las preferencias de bebidas dulces o amargas no se basan en la alteración en los genes del sentido del gusto pero sí en los psicoactivos, "la genética que subyace en nuestras preferencias está relacionada con los componentes psicoactivos de estas bebidas", comenta.

"A la gente le gusta la forma en que el café y el alcohol los hacen sentir. Por eso lo beben. No es el sabor", añade la profesor asistente de medicina preventiva de la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.

En la investigación se clasificaron a las bebidas en dos grupos, uno de sabor amargo y uno de sabor dulce. En el amargo se incluyó al café, té, jugo de toronja, cerveza, vino tinto y licor. Entre los sabores dulces se incluyeron las bebidas endulzadas con azúcar, las endulzadas artificialmente y los jugos que no son de toronja.

Se utilizaron a alrededor de 336 mil personas del Reino Unido a quienes se les dieron de beber ciertas porciones de las bebidas, los científicos contaron la cantidad y después hicieron un estudio del consumo de ellas.

Cabe destacar que encontró la variante de un gen, el FTO, relacionado con las bebidas azucaradas. Lo sorprendente fue que las personas que tenían la variante en el gen FTO prefieren brebajes dulces y tienen menor riesgo de padecer obesidad.

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