Uno de los principales problemas que enfrenta un emprendedor cuando inicia su negocio es contar con una oficina, y muchos optan por adaptar espacios de su casa para convertirlos en el área de negocios, dos empresarios se enfrentaron a ese problema y fue como surgió la idea de fundar Ginsarq, una desarrolladora de mobiliario e interiorismo ecológico y alternativo.

El director general del negocio, que se desprende de un despacho de arquitectos ya existente hace varios años, Gerardo Vásquez Islas y su socio Carlos Monjarás Hermida, cuentan que para solucionar su problema y cubrir ciertos espacios que interconectaban su casa con la oficina, decidieron poner un muro con tarimas de madera que reutilizaron.

“Mi plan era dividir la casa de la oficina con un muro de tablaroca, pero salía muy caro, así que decidí construirlo de tarimas de manera”, dijo Vásquez Islas.

Luego ver el resultado de su trabajo, la novia del director les pidió que le decoraran con ese estilo su departamento. Gerardo recuerda que ella le dio la idea de hacerlo negocio.

Fue así como empezó a subir fotos a la red de sus trabajos, que básicamente los realizan con madera reciclada o desechos de las industrias, y resultó un gran éxito.

Luego de 11 meses de existir, la compañía obtuvo más de 200 mil pesos de ingresos por ventas del mobiliario. Del total de transacciones, 90% las realizan a través de la red social Facebook, y 10% restante es resultado del “boca en boca” y de las recomendaciones, de acuerdo con el directivo.

Los desarrolladores explicaron que la construcción de este tipo de muebles ya es una tendencia a nivel mundial, y el mercado queretano la ha aceptado muy bien, sobre todo entre los jóvenes, muchos de ellos recién casados.

Por ello, la expectativa para este año es crecer al doble en cuanto a número de ventas y empleos generados, indicaron.

“En México este mercado todavía está muy virgen, esta tendencia está más en países desarrollados como Europa y Estados Unidos, sin embargo a raíz de la crisis, muchas personas en naciones en vías de desarrollo optaron por este tipo de muebles hechos con material reciclado”, consideró Carlos Monjarás. Actualmente, los empresarios tienen a dos personas originarias de Tolimán contratadas para trabajar la madera, sin embargo como el concepto de los muebles es con estilo de imperfección, el personal no requiere de una técnica avanzada de carpintería.

Los trabajadores perciben ingresos de alrededor de mil 200 pesos semanales, además se les brindan prestaciones como el comedor y vivienda.

Por su parte, el arquitecto Vásquez Islas consideró que el precio de sus muebles son económicos, pues van desde 800 pesos a dos mil pesos la pieza.

Abundó que el material lo obtienen desde los desperdicios de las industrias hasta de la basura, y actualmente tienen cuatro proveedores a los que les pagan en promedio cerca de dos mil pesos por desechos de madera, que posteriormente transforman a muebles con un valor de 10 mil hasta 20 mil pesos. Los socios adelantaron que dentro de dos semanas, abrirán el “show room” en las oficinas del despacho de arquitectos.

Ambos recordaron que ha resultado un buen negocio pues invirtieron seis mil pesos para comprar maquinaría básica, pues no se necesitan herramientas especializadas.

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