Para celebrar sus 82 años, el Museo Regional de Querétaro, el más longevo de la entidad, presentó su catálogo documental, hemerográfico y fotográfico  “Eduardo Loarca Castillo”, en donde se congrega el archivo que generó y guardó el  mismo profesor Loarca Castillo, en la época que dirigió este espacio.

Este catálogo es parte de las actividades en las que trabaja el Museo Regional, con el interés de hacer público y accesible el material que resguarda, utilizando las facilidades de la nueva tecnología y  plataformas digitales.

“Tenemos algunos años organizando nuestro archivo histórico, algunas cosas ya están  procesadas como el archivo Germán Patiño, y del archivo Eduardo Loarca, otras tantas ya se encuentran en una plataforma como la mediateca,  que es donde la gente puede revisar el acervo completito de la obra que resguarda este museo. Eventualmente van a poder saber cuántos archivos y piezas tenemos, y hacer un recorrido virtual por las salas, acceder al archivo histórico de fotografías de la fototeca en la que también estamos trabajando; hay un archivo de la biblioteca conventual que quisiéramos digitalizar y no sólo tener una lista, para que puedan ver unas portadas o grabados, poco a poco tratamos de hacer que todo lo que tenemos sea verdaderamente público y accesible”, dijo a EL UNIVERSAL Querétaro  Bernardo Sarvide, director del Museo Regional.

El archivo “Eduardo Loarca Castillo” es un trabajo de David Saavedra Vega y Eva Lilia Acosta, quienes ordenaron los nueve mil documentos que dejó el profe Loarca, como lo llamaban cariñosamente, en el museo, durante su periodo como director.

Contiene artículos de la prensa que hablan sobre el museo y las actividades culturales que se desarrollaban en este espacio, algunos son obra del mismo profesor.  Loarca Castillo llamó a la sociedad queretana a donar obras de arte que tuvieran guardadas en casa, y todo documento periodístico que hablara sobre las donaciones fue almacenado como un testigo.

“El afán de rescatar esa memoria y que se vea la obra del maestro para enriquecer este recinto y fomentar la vida cultural de Querétaro es como un sincero homenaje.  El acervo contiene los documentos  que él dejó y que escribió en el museo; me imagino que otra parte debió quedarse en el Conservatorio de Música, porque de manera paralela llevaba la administración directiva de ambas instituciones. Al dejar el recinto fue nombrado cronista de Querétaro y conservó ese título hasta su muerte, el 10 de abril de 2004; sus restos se encuentran en catedral, incluso se puede perder hasta su lápida,  pues ya de su familia queda sólo una hermana y ni siquiera hay una placa que indique: ‘Aquí yacen los restos del maestro Eduardo Loarca’”, señaló Saavedra Vega.

arq

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