El montaje Hamlet Petates, de Jessica Íñiguez y Ernesto Galán, con la producción de la compañía Los Focos, inició el fin de semana su gira de presentaciones por los municipios de Tequisquiapan, Amealco, Huimilpan y San Juan del Río.
Sus presentaciones seguirán en Colón, Tolimán y Ezequiel Montes, hasta visitar los 18 municipios de Querétaro; además, la obra participará en el Festival de Jornadas Alarconianas 2022, que se realizará en Taxco, Guerrero.
La gira por los municipios es parte del programa Circuito Artístico que promueve la Secretaría de Cultura de Querétaro, y en el cual participan 11 grupos que respondieron a la convocatoria y fueron seleccionados.
Los peculiares protagonistas
La obra se centra en los personajes de Rosencrantz y Guildenstern, quienes han sido llamados por el rey Claudio y la reina Gertrudis, tío y madre del príncipe Hamlet, para pedirles que busquen el antídoto que cure la supuesta locura del joven Hamlet.
Rosencrantz y Guildenstern son personajes secundarios del clásico escrito William Shakespeare, y en la producción de Los Focos les dan el protagonismo con su peculiar personalidad.
“Son seres que están descubriendo el mundo, son los mejores amigos de Hamlet y lo quieren ayudar, pero la autoridad máxima en ese momento, que es el nuevo rey Claudio y la reina Gertrudis, justo les piden a estos dos amigos que vayan por el antídoto del joven príncipe que está enloquecido por la muerte de su padre; ellos se lanzan a ciegas en este cometido, sin embargo, el príncipe no está loco, está muy cuerdo, solamente juega a hacerse el loco para derrocar al rey, que es un corrupto”, explica a EL UNIVERSAL Querétaro Jessica Iñiguez, directora de Los Focos.
En este juego de poderes y cuestionamientos existenciales, Jessica dice que los planteamientos de Shakespeare siguen siendo contemporáneos.
“Decidimos hacer esta obra porque a veces los juegos de poder que están sobre nosotros, en cierto momento hacen que también nos perdamos por querer sobrevivir, estar y mantener, y a veces el tema capitalista nos pierde humanamente y a lo mejor la metáfora aquí es en el mar de la adversidad, en donde colocamos este tipo de imagen, es por eso que llevamos este tipo de interpretación”.
El petate representa una máscara, detrás de la cual se transforman los personajes.
“La estructura de la historia tiene imágenes poéticas que se construyen a través de la cultura y el elemento petate, que es un símbolo muy contundente en nuestra cosmovisión.
A través de esta máscara poética y larvaria hilamos la idea del inframundo para llevar a cabo esta pieza, porque justo tiene esta conexión mística. Al iniciar la obra vemos a estos dos personajes que están recordando la situación en que se ahogaron en el mar, pero lo presentan de una manera amena y dinámica, y vemos cómo se transforman con las máscaras. También la máscara sirve para la transformación de los personajes, donde se vislumbra su ingenuidad y torpeza como ser humano”, añade Íñiguez.
