En lo profundo de la Sierra Gorda de Querétaro, en el pintoresco pueblo de Jalpan, existe una antigua leyenda que resuena entre las calles de la comunidad: la historia de la del templo de dicho pueblo.

Se cuenta que esta campana ha sido testigo de eventos históricos, ya que se hizo a finales de siglo XVIII en una provincia de España con oro y plata proveniente de México.

Se dice que su sonido era tan dulce y profundo que el rey de ese entonces mandó a colocarla en la Catedral de Madrid. Allí permaneció por muchos años. En septiembre de 1810 la campana repicó sola.

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A partir de ahí, la campana sonaba majestuosa algunas veces y algunas otras los madrileños la describían con un sonido triste, por lo que muchos consideraron este suceso como extraño.

La "campana burlona"

Un día un navío español llegó de México para informar sobre la lucha de Independencia que comenzó en la Nueva España. Curiosamente las fechas que dieron los marineros coincidían con los cambios de sonido de la campana.

Con este raro fenómeno se decía que la campana se mostraba entusiasta cuando los españoles perdían una batalla. Por esta razón, el rey mandó a quitarla y a que la empacaran con relleno en su interior para que ya no sonara más.

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Sin embargo, ni eso pudo detenerla porque ni así lograron apagar su estruendo. Pasando a la historia como “la campana burlona” o la “campana encantada”.

Al percatarse que la campana no se callaba, el rey optó por subirla en un barco con el propósito de aventarla al mar y se hundiera profundamente.

La campana burlona. Foto: Imagen de Dimitris Vetsikas en Pixabay
La campana burlona. Foto: Imagen de Dimitris Vetsikas en Pixabay

¿La campana llegó sola a Querétaro?

Sin embargo, se cuenta que no se pudo concretar este hecho porque la campana "cobró vida y voló" hasta llegar al frente de la puerta del templo de Concá, ubicado en el municipio de Arroyo Seco en Querétaro.

Posteriormente, los vecinos del pueblo que la vieron en el suelo decidieron subirla al campanario.

Después en 1940, Don Gregorio Olvera la solicitó para replicar una campana igual para el templo del pueblo de Jalpan, con motivo del Aniversario de la Independencia, pero este hombre no la regresó y por ello la campana dejo de sonar.

Se cuenta que, posteriormente, la campana "regresó como arte de magia" a Concá, por lo que Don Gregorio intentó llevársela nuevamente para Jalpan, pero ésta se sumió en la tierra para que nadie la sacara.

Los vecinos aseguraron que estaba encantada y que sólo los niños podían sacarla para poder transportarla a Jalpan y así se hizo, pues se regresó al templo de Jalpan.

Misión de Jalpan. Foto: www.jalpan.travel
Misión de Jalpan. Foto: www.jalpan.travel

Se dice que después de estos hechos, la campana se enmudeció y no volvió a escucharse jamás; sin embargo, se cuenta que sólo las personas muy patrióticas e incorruptibles la pueden oír con sus majestuosos estruendos cada 15 de septiembre con motivo de la Independencia de México.

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