En los primeros días de marzo del 2020, en la facultad de Bellas Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro indicaron a docentes y alumnos no regresar a los salones de clase, el virus del Covid-19 había llegado a México, como a otros países, fenómeno catalogado como una pandemia.

“Debo aceptar que, como casi todo el mundo, entré en ansiedad, en esta especie de duelo que muchos no reconocen. Luego sentí que esta historia ya la había vivido. Tengo varios años dedicándome al estudio y análisis de las relaciones entre artes y sida. La analogía entre VIH y SARS-CoV-2 es evidente”, explica Raúl Sangrador, artista y docente de la UAQ, quien el año pasado lanzó una convocatoria desde sus redes, invitando a alumnos de arte y artistas consolidados a participar con una obra en donde plasmaran su vivencia con este virus que modificó hábitos sociales, educativos y económicos.

“Las primeras palabras con las que traté de definir el 2020 coincidieron con la novela escrita en 1973 por Michael Jeury, El tiempo incierto. La premisa saltó a la vista: construir un proyecto que ayudara a recobrar el centro, a mí y a todos los que quisieron sumarse con la producción visual realizada en el encierro, con libertad total para abordar la pandemia de la Covid-19”, detalla Raúl en el libro que deriva de este magno proyecto.

El 90% de los participantes son estudiantes de arte, recién egresados de carreras visuales o artistas de trayectoria inicial, de México, España y Colombia. Sólo 10 cuentan con trayectoria consolidada.

La exposición de El tiempo incierto, ya inaugurada a través de las redes del Centro de Arte Bernardo Quintana de la UAQ, se presenta en sí como un archivo visual que da testimonio de los sucesos del confinamiento. Incluye obras de pintura, dibujo, fotografía y video.

“Como artista pienso en la vigencia de reflexionar sobre los procesos creativos que se experimentan desde el encierro; ahora el confinamiento pandémico que hemos probado colectiva e individualmente plantea un posible tema de investigación más amplio: analizar cómo afecta el encierro involuntario a los procesos de producción artística, tanto en lo formal como en su temática”.

La misma pandemia y la forma en que afectó a la sociedad, en todos sus rubros, resulta en distintos puntos de vista para reflexionar. En el caso del arte, involucra al artista y su proceso creativo, pero también las vías y el punto final de su trabajo.

“Las pandemias de origen viral son transformadoras en amplio sentido, por ello el arte vinculado a estas presenta el reto de analizar cómo los artistas de reflexión social pueden insertarse en los cambios producidos, incluidas las estrategias económicas. No está por demás hacer hincapié en la importancia de releer el arte que resulta de esta coyuntura, para reflexionar cómo funciona dentro del sistema de producción; pero esto no sólo debería involucrar a los artistas, también debería ser materia de las instituciones de cultura, de la iniciativa privada, de la academia, del mercado; es decir, es gran momento para recordar que el arte nos involucra a todos —como en el significado etimológico de la palabra pandemia, que es reunión de todo el pueblo—”.

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