Hombres necios que acusáis

a la mujer sin razón

sin ver que sois la ocasión

de lo mismo que culpáis:

¿Pues cómo ha de estar templada

la que vuestro amor pretende

si la que es ingrata, ofende,

y la que es fácil, enfada?

Sor Juana Inés de la Cruz

Lo anterior expresa muy bien que los hombres insistan a las mujeres para que cedan a su deseo sexual y luego las critican por fáciles, ¿les suena?

Me llamo Daniel, tengo 23 años, estudio arquitectura porque vengo de una familia de arquitectos, aunque me hubiera gustado estudiar música.

Ayer invité a salir a Noemí, ella sí estudia música, creo que toca el chelo, no sólo es bonita, sino que está bien buena. Es de las mejorcitas en su facultad.

Fuimos al cine, no intenté nada, no estoy tan urgido. Al finalizar la película ella me contó sobre el director, el manejo de las cámaras, de las escenas y sobre el escritor del guión, me pareció interesante, no parecía que estuviera inventado esas cosas para impresionarme, pensé que era muy inteligente para ser mujer. La acompañé a su casa, me agradeció y me dio un beso en la mejilla. Noté que estaba nerviosa y pensé “Ya chin...”.

Les escribí a mis compas por whats para contarles cómo había estado la cita. Somos cuatro en el grupo: Maldonado, la Rana, el Charly y yo.

laRana: “¿Qué onda güey cómo te fue con la mamacita de Noemí?”

Daniel: “Estuvo tranqui, sólo al cine y a su casa. Sabe un montón de cosas de cine, hasta eso no me aburrí”.

Maldonado: “¿Se tomaron fotos?”

Daniel: “No güey, no es de esas que toma fotos de todo lo que hacen”.

Maldonado: “Qué rara. ¿Van a salir de nuevo o qué?”

Daniel: “Simón, el sábado vamos a comer y le diré lo de la fiesta del Charly”.

Charly: “Pero que lleve a sus amiguitas, que sea compartida”.

El día que fuimos a comer llevaba puesto un vestido escotado y algo corto. Supe que quería provocarme, sino ¿para qué se lo pondría? Le dije que se veía muy bonita, ella sonrió y me acarició la mano. Hasta este punto, ¿estamos claros que ella inició con el contacto físico y que si lo hizo es porque estaba esperando la misma reacción de mí? Le conté de la fiesta de Charly, me dijo que sí y que si podía decirles a sus amigas, asentí.

Un día antes de la fiesta, me escribió:

Noemí: “¡Hola! Estoy emocionada por la fiesta, pero ¡no sé qué ponerme!”

Daniel: “Qué onda, pues ese día te veías bien con el vestido cortito. Puedes llevarte algo parecido. Si quieres puedes enviarme fotos de lo que piensas ponerte y te digo qué se ve mejor, ¿va?”

Noemí: “Mmmm okey, pero las borras porque qué pena”.

Daniel: “No pasa nada. Mándamelas y te digo”.

Me envió cinco fotos diferentes, en todas se veía bien buena. Le sugerí que se llevara lo más ceñido, lo más sexy. Obvio envié las fotografías al grupo y todos estuvimos de acuerdo, Noemí ya traía un rollo sexoso conmigo, sino ¿por qué me enviaría esas fotos?

El día de la fiesta, Noemí fue vestida como yo quería. Le serví una copa desde que llegó y procuré tenerle el vaso siempre lleno. Bailamos y le metí mano, no dijo nada. Me dio un beso en la mejilla y me dijo que iba al baño, que la esperara. Eso sólo significaba “sígueme y alcánzame en el baño”. Cuando iba a salir se veía mareada, la metí de nuevo al baño y nos besamos. Mientras la sentaba en la taza del baño puse mi teléfono en el lavabo para grabar, ella ni en cuenta, se quedó dormida, la desnudé y pasó lo que ella sabía que iba a pasar. De buena onda la saqué cargando y la dejé en un sillón.

Al día siguiente me escribió:

Noemí: “Me dijeron que ayer te metiste conmigo en el baño. No me acuerdo”.

Daniel: “¿Cómo no te vas a acordar? Te pusiste bien loquita, a ver cuándo repetimos”.

Noemí: “¿Qué me hiciste? Si te estoy diciendo que no me acuerdo es que no me acuerdo. Yo no quería nada”.

Daniel: “Así son todas, ya aflojan y al día siguiente disque ni se acuerdan”.

Noemí: “¡Me violaste! Te voy a denunciar”.

Daniel: “Hazlo, a ver si después de que todos vean tu video, están de acuerdo con que te violé”.

Bloqueo el contacto. La muy pend.. cree que puede hacerme algo. Viralizo el video y que le haga como quiera.

Lo que él no sabe es que a Noemí la protege la ley Olimpia. Les platico en qué consiste y quién la creó:

Olimpia Coral Melo era una estudiante brillante, tenía las mejores notas y había ganado premios de debate y oratoria. Desde los 12 años mantenía una relación con su novio. A los 18 y, confiando en él, grabó un video sexual, el cual se difundió primero por su instituto, luego por toda su ciudad y por todo su estado. Así, Olimpia pasó de ser “la joven promesa de Huauchinango” a “la gordibuena de Puebla”. Su novio la abandonó y sus amigas dejaron de hablarle. Ella se encerró durante ocho meses, se intentó suicidar y perdió el curso académico.

La madre de Olimpia es una mujer indígena que apenas sabe leer y no utiliza Internet; Olimpia pensaba que se había mantenido al margen del asunto. Pero tras ocho meses, Olimpia salió de su habitación y se lo confesó todo. Y descubrió que su madre ya lo sabía. Su madre le dijo que podía mantener la cabeza muy en alto porque no había hecho nada malo. Entonces Olimpia decidió denunciar y se encontró con que los propios policías se reían de ella. Las autoridades que debían protegerla y guiarla, se burlaron, la minimizaron.

Olimpia decidió, como estudiante de derecho, plantear una reforma de la Ley de México. Cuando entró al Palacio Municipal de Puebla todos cuchicheaban. Era marzo de 2014, ella tenía 19 años y demostró con capturas de pantalla que algunos que estaban allí habían compartido y dado like a su video en redes sociales. “Ustedes son los delincuentes, no yo”, les dijo. Fue hasta 2018 que se aprobó la reforma de delitos contra la intimidad sexual en el código penal.

Ahora, ha logrado que la ley de delitos contra la intimidad sexual, conocida como #LeyOlimpia, se aprobara y el pasado 5 de noviembre se aprueba por unanimidad en el Senado de la República.

Daniel está en receso con sus amigos, cuando Noemí, custodiada por autoridades, alza la voz mientras lo señala: “Él es mi agresor”.

Las autoridades le hacen saber por qué lo detienen y se lo llevan. Daniel vocifera, “No te la vas a acabar, ¿sí saben que ella me dijo que la grabara?, ella quería, vean como viene vestida a la universidad, yo no tengo la culpa ¡soy hombre!” En la audiencia, Daniel es vinculado a proceso. La pena puede ir de tres a ocho años de prisión más una multa de 1000 a 2000 unidades de medida y actualización.

“Parecer quiere el denuedo

de vuestro parecer loco

al niño que pone el coco

y luego le tiene miedo”.

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