Una tarde, ya muy tarde en Escolásticas, el joven artesano Humberto Cabrera seguía en su taller cuando se apareció Rubén Maya, con una propuesta de trabajo. Comenzaron a platicar del proyecto que el artista tenía planeado, una serie de esculturas en cantera con el estilo característicos de su obra; Humberto le entregó una tarjeta con sus datos, pero pasó más de un año para que se volvieran a ver e iniciaran a trabajar juntos.

Primero hicieron una colección dedicada a la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), su segundo proyecto es Observantes del pensamiento urbano, serie de 12 esculturas de más de tres metros de altura que ya se exhibe en calzada de Los Arcos y permanecerá expuesta hasta el 21 de abril.

A la inauguración de la exposición llegó puntal el artista Rubén Maya, reconocido en México y el extranjero por sus trabajos en grabado, instalación y más recientemente en escultura.

Acompañado de su familia, Humberto viajó desde Escolásticas. Entre los invitados y las fotos oficiales, el artesano de apenas 30 años de edad se afanaba en tener una selfie con el fondo de los Arcos y la obra de Rubén Maya, misma que “sin querer”, expresa Humberto, tiene algo de él. Pero del sentido de las piezas prefiere no decir nada. “Eso le corresponde al maestro Rubén”, dice Humberto.

Símbolos constitucionalistas. Observantes del pensamiento urbano es un proyecto que se presentó a la Secretaría de Cultura de Querétaro y se programó para ser inaugurada como parte de las actividades del Centenario de la Constitución de 1917, de ahí que la serie muestre símbolos referentes a los derechos.

“Es una serie que sigue manteniendo mi iconografía propia, indudablemente integré símbolos de la Constitución y símbolos con un sentido más alegórico, pero sobre todo tiene que ver con los derechos humanos, más que en cuestiones políticas, está versado más a los derechos humanos, los derechos de la mujer, sobre todo al voto; con ese sentido mucho más humanista; como somos artistas y estamos en el lado de las humanidades quise darle ese enfoque”, explica Rubén Maya.

Los personajes son los mismos que han diferenciado la obra de Maya. “Siguen siendo tipo monjes, tipo observantes, tipo personas que tienen esa de extrañeza pero llevado a un sentido más espiritual, más humano, por eso utilicé esos conceptos de la Constitución, esos conceptos que tienen que ver con el ser humano más que los ideales políticos”.

El título de la exposición Observantes del pensamiento urbano habla de la otredad, “es como reflejo del que lo mira, el que pasa caminando o por su coche puede verlo, llama la atención y obliga a preguntarse: ¿Por qué ese personaje extraño en un símbolo tan emblemático como los Arcos de Querétaro?”, agrega el artista.

Yo soy Rubén Maya. De ver a su padre tallar la cantera, Humberto comenzó a hacer sus primeras piezas. A los 10 años de edad llegaba a casa y después de hacer la tarea buscaba un árbol para sentarse ahí, con su pedazo de cantera. ¿Qué puedo crear?, se preguntaba.

“Así comenzamos muchos. Llegaba de la escuela, mi papá me dejaba unas piezas de cantera en la casa, yo hacía mi tarea y luego me iba debajo de un árbol y comenzaba a hacer una palomita, una rana, un búho, y de ahí venía qué podría seguir creando”.

Antes de acabar la preparatoria, los planes de Humberto eran emigrar a Estados Unidos, como otros jóvenes de Escolásticas. Pero decidió quedarse, estudió la carrera técnica de Mantenimiento industrial, “pero nunca me incliné en laborar en eso, desde niño quise ser cantero”.

Canteras Cabrera es el nombre de su taller, ahí llegó un día el reconocido Rubén Maya. Ese momento lo recuerda a la perfección Humberto.

“Nos conocimos casi por casualidad. Él fue a Escolásticas a buscar a alguien para hacer un proyecto, ya era muy tarde y por casualidad yo todavía tenía abierto mi negocio. Llegó, pasó y me dijo: Yo soy Rubén Maya. Me contó un poquito de su historia y me dijo: Somos vecinos. Yo soy de aquí de Huimilpan. Yo, la verdad, no tenía el gusto de conocer su obra, pero igual me puse a investigar. Me dijo: Busca en Internet porque mi estilo es marcado, es algo raro, chécalo, quizá igual un día te hablo y trabajamos juntos. Un año y medio después me llamó. Yo pensé que nunca me iba a llamar, pero sí y ya trabajamos juntos en dos proyectos”.

Después de darle forma a un bloque de cantera de casi nueve toneladas con las ideas, símbolos y esencia artística de Rubén Maya, el joven artesano se siente orgulloso de ver las piezas bajo el acueducto de Querétaro.

“Trabajar con el maestro Rubén es muy fácil, no es un artista celoso de su trabajo, sí se respeta al 100% su estilo, pero igual como cantero te deja que te expreses en la técnica, te da esa libertad, yo pude usar mi técnica como cantero. Cuando yo hacía las piezas, cuando estaba en el taller, me preocupaban dos cosas: el tiempo y que el maestro Rubén Maya quedara satisfecho con la pieza. Aunque él siempre estuvo al pendiente, nunca me dejó solo”.

Con 15 años de dominar la cantera, Humberto crea sus propias esculturas, en donde predomina la belleza femenina, pero su cercanía con Maya logró despertar una inquietud más en el joven artesano.

“Para mí fue un orgullo trabajar con él maestro Rubén. Sus piezas me abren la mente, abren la curiosidad para seguir creando. Como artesanos no nos metemos tanto en lo artístico, y el maestro logra despertar eso en un artesano, logra que quieras pensar más en el arte, no reproducir las mismas piezas”.

Preocupado por el destino de cantera en Escolásticas, por los talleres que ya se están industrializando y dejando de lado el trabajo artesanal, Humberto Cabrera dice que sigue y seguirá labrando cantera como le enseñaron desde niño.

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