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En celebración al nombramiento de Dulce María Ardón Martínez, como cronista oficial del municipio de Corregidora, se realizó un coctel en Código Áureo con la presencia de amigos, sus padres, Celia Martínez de Ardón, Antonio Ardón, y su hermana Aracelí Ardón, anfitriona del festejo.

Hace 30 años Dulce María Ardón Martínez llegó a radicar a Corregidora, y aunque ya conocía El Pueblito y su historia, quedo maravillada al vivir de cerca los festejos que se realizan en febrero, en honor a la Virgen de El Pueblito.

Años después fue nombrada directora de Turismo de dicho municipio, un cargo que le permitió conocer a profundidad la labor de las mayordomías, quienes organizan y preparan a detalle las celebraciones a la patrona año con año, manteniendo así viva esta celebración.

Por parte de la Asociación de Cronistas del Estado, en este 2014, Dulce María fue reconocida como cronista honoraria de Corregidora, y en el mes de noviembre, en sesión de cabildo, recibió el nombramiento de cronista oficial de Corregidora.

El nombramiento es todo un reto, dijo a EL UNIVERSAL Querétaro la flamante cronista.

“Porque el municipio es uno de los de mayor tradición en el estado, tiene tradiciones vivas, que se viven día a día, y hay otras tradiciones que ya quedaron solamente en la tradición oral, y hay que rescatarlas para tratar de retomarlas y sobre todo dejarlo bien documentado para las siguientes generaciones”.

En Corregidora se ubica uno de los asentamientos prehispánicos más importantes de Querétaro, recordó Ardón Martínez, la llamada popularmente pirámide de El Pueblito.

Con la llegada de los españoles los naturales de la zona se evangelizaron, pero muchos seguían rindiéndole culto a sus dioses, por lo cual los religiosos trajeron una imagen de la Inmaculada Concepción de María (Virgen de El Pueblito), los indígenas se identificaron con ella y comenzaron a venerarla.

A la fecha el festejo a la Virgen de El Pueblito se mantiene, incluso es de las celebraciones más grandes que se viven en Corregidora.

Pero las formas de una celebración cambian con el tiempo, y es labor del cronista testificar esos cambios, además de rescatar documentos históricos, historias que se mantienen sólo en la tradición oral, para dejarlas por escrito a las generaciones que vienen.

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