Con accesorios de bronce entre las manos y algunos collares en piedras contrastantes y coloridas como jade con semillas rojas, Paulina Villanueva describe su oficio de joyera y muestra algunas de sus favoritas, como un brazalete de bronce en diversos tonos con una flor que corona la pieza.

“Yo soy licenciada en mercadotecnia y trabajaba en una inmobiliaria, pero ya no estaba tan contenta y quería salirme de ahí”, comienza a relatar la menor de 13 hermanos, que decidió emprender en este arte, debido a que una de sus hermanas falleció, y era ella precisamente la que le diseñaba y creaba todos sus accesorios.

Como una forma de afrontar el duelo, su esposo la animó para comenzar a crear su propia joyería, a pesar de que ella asegura, no podía hacer ni un trazo derecho usando una regla. “La primera pieza que hice salió sin saber nada, ni tomar cursos”, recuerda y agrega que con el tiempo se encontró con una maestra que la ha llevado de la mano, ya que en este oficio la paciencia es clave para el éxito.

Creaciones únicas
Creaciones únicas

Algunos de los anillos, collares, brazaletes y pulseras nacen a modo de boceto, sin embargo, conforme va avanzando el trabajo puede cambiar y surgir algo completamente diferente.

“Quizá suene ridículo, pero la misma pieza te llama, es decir, tú la quieres doblar hacia un lado y te lleva hacia otro sentido. Es importante tener ese feeling y darle la oportunidad al material de que se exprese un poco”, dice Paulina.

También destaca que algo que ha aprendido a lo largo de los años es a no frustrarse y a entender que siempre se puede volver a empezar.

“Muchas veces nos sentimos con la obligación de tener todas las respuestas y creemos que todo tiene que funcionar, pero en el proceso te das cuenta de que no, que también puedes fallar y este oficio es tan noble que lo fundes y vuelves a hacer algo diferente y creo que en todo, cuando lo haces de corazón, puedes empezar de nuevo”.

Cada colección de la artesana está constituida por cerca de 30 piezas, que no siempre son del mismo material, pero que conservan un hilo conductor que puede ser una figura o una piedra. Hay joyas en las que asegura, se puede llevar hasta dos semanas, por lo que el lanzamiento de una colección completa requiere de cerca de cuatro meses, pero su mayor interés es conservar la individualidad, porque todos los accesorios son hechos a mano por ella misma.

“Mi idea en un futuro es tener una tienda propia, pero con tiempo, porque no hago piezas iguales y esa es la parte que me gusta. Hemos perdido el valorar las cosas simples, únicas y hechas a mano porque representa el tiempo de una persona. El valor que yo le doy a mi marca es la individualidad, tal como somos todos los seres humanos”.

Actualmente, Paulina distribuye su marca homónima en una tienda ubicada en el Cimatario, donde le dieron la apertura de colocar una vitrina, y la otra forma de vender es a través de redes sociales como Facebook e Instagram, aunque dice que si le llegan a solicitar una pieza igual a una que haya creado anteriormente, lo hace lo más cercano posible, pero nunca va a ser idéntica.

También fabrica accesorios por encargo para lucir en algún evento especial y hasta diseñó un rosario para una boda y bolos para un bautizo. Sin embargo, ella asegura que prefiere utilizar semillas y piedras.

“Me gusta mucho manejar materiales naturales, además opto por piezas no tan convencionales como habas y granate, combinadas con jade, también el cuero es algo que utilizo mucho”.

Creaciones únicas
Creaciones únicas

Entre sus cosas, Paulina saca un trozo de cobre sin forma y asegura que así es como llega la materia prima a ella, misma que transforma en el taller a base de golpes, diferentes temperaturas y un largo proceso. “Ahí también saco todo el estrés, ha sido una experiencia muy padre”, dice.

La marca tiene cuatro años de existencia, sin embargo, en el camino se ha topado con trabas o la misma impaciencia de la creadora, que ha tenido que aprender a dominar, por lo que aconseja a los aspirantes a emprendedores a seguir.

“Si alguien quiere hacer algo, yo les diría que está bien tener miedo, está bien asustarte o sentirte paralizado, pero una vez que pasa la crisis, hay que darle para adelante e ir por todo”, puntualiza.

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