El presidente de la Comisión italiana de la Unesco, Giovanni Puglisi, aseguró hoy que el reconocimiento del área arqueológica de Pompeya, la ciudad sepultada por las cenizas del volcán Vesubio en el año 79 d.C, comoPatrimonio de la Humanidad no se encuentra en peligro.

Puglisi hizo estas declaraciones, recogidas por los medios de comunicación italianos al término de un encuentro con representantes de la Comisión parlamentaria de Cultura, tras una visita al enclave arqueológico, y afirmó que "el procedimiento que habría tenido que dar lugar a ese resultado (de exclusión de la lista de bienes Patrimonio Mundial de la Humanidad) ni siquiera ha comenzado".

Asimismo, señalo que "existe una decidida acción con un relanzamiento del compromiso personal" por parte de los titulares de los departamentos de Cultura y Cohesión Territorial, Massimo Bray y Carlo Trigilia.

Y en esta línea destacó que la presencia hoy de ambos ministros y de la Comisión le ha dado "la certeza" de que existe una máxima atención y seguimiento, elementos de los que, señaló, la Unesco necesitaba tener constancia y que hoy ha constatado.

Las alarmas saltaron el pasado 29 de junio cuando Puglisi lanzó un ultimátum en el que indicaba un plazo hasta el 31 de diciembre de este año para que el Gobierno italiano adoptara "medidas idóneas para Pompeya".

En su anuncio Puglisi explicó, además, que la Unesco disponía de un mes más, hasta el 1 de febrero de 2014, "para evaluar esas medidas y aplazar al próximo Comité Mundial de 2014 cualquier decisión".

Puglisi destacó entonces el informe de enero de 2013 realizado por una comisión de la Unesco en el que se ponían en evidencia, de forma documentada, las faltas estructurales, como filtraciones de agua, o los daños provocados por la exposición a la luz, en algunos mosaicos que deberían haber sido protegidos de ésta.

Pompeya es después del Coliseo lo más visitado por los turistas que llegan a Italia y, ante el estado de abandono y la desidia que hasta ahora ha reinado entre sus responsables, el organismo de naciones Unidas lanzó ese ultimátum.

En 2012, el gobierno de Mario Monti aprobó el llamado "Gran Proyecto de Pompeya" y las primeras obras de restauración comenzaron el 2 de febrero, pero en su última inspección la Unesco no observó los resultados esperados, pues sólo se habían comenzado dos intervenciones.

El presidente de la comisión de Cultura, Andrea Marcucci, explicó que "sesenta millones de los 105 millones financiados a partir de recursos comunitarios se asignarán antes de finales de 2013 para la realización de los trabajos".

Marcucci también hizo hincapié en que el Parlamento "vigilará que se respeten los tiempos previstos".

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