Su director y protagonista es el comediante Eugenio Derbez, posiblemente el personaje de la farándula de quien más se ha hablado en la farándula en las últimas semanas. Nadie se explica cómo una comedia, como muchas, sobre un extra de cine y su hija, que cruzan la frontera en busca de la madre de la pequeña, logró meter más de 30 millones de dólares en menos de un mes, y aumentando.

Derbez es humorista popular en televisión y un actor taquillero en el cine nacional, pero No se aceptan devoluciones lo colocó como “El rey Midas” de la taquilla.

El artista dijo a EL UNIVERSAL Querétaro que no conoce fórmula para el éxito, pero puede hablar de los cinco pasos que a él le funcionaron para convertirse en el latino más taquillero del cine:

El primero es “no conozco una fórmula del éxito”; dos, “nunca pensar en hacer un trabajo por dinero, el dinero es la consecuencia de hacer un buen trabajo”; tres, “entregarte al 100% a tu trabajo sin importar los sacrificios que tengas que hacer”; cuatro, “estar preparado y seguirte preparando toda tu vida. No dar por hecho que sabes todo y que ya no hay más por aprender”, y cinco, “actuar correctamente, es decir, hacer las cosas sin pisar ni lastimar a nadie, dejar a amigos y no enemigos en el camino”.

“No siempre soy chistoso”

Eugenio Derbez llegó tarde a la comedia, a los 27 años “me invitaron a participar en un programa de comedia, me di cuenta que tenía capacidad para hacer reír. Antes de eso, mi carrera estaba enfocada hacia el drama y no tenía idea de que yo tuviera talento para la comedia”.

Reconoció que no siempre es chistoso y que su familia, hijos y esposa, la cantante y actriz Alessandra Rosaldo, de Sentidos Opuestos, son su público más complicado.

“Mis hijos y mi mujer están tan acostumbrados a mi sentido del humor y a mis chistes que ya no les hago tanta gracia, cada día me tengo que esforzar más para poder hacerlos reír. Son mi público más difícil, y eso me lleva a no dar las cosas por hecho”, declaró.

A pesar del éxito, Derbez dejó muy en claro que Hollywood “para mí es una opción más, no un destino” y que no piensa irse a vivir al vecino país. “Sólo he trabajado en proyectos por temporadas, mi verdadero objetivo es hacer mi trabajo bien hecho”, indicó.

Dijo que sus chistes funcionan en ese idioma, pero que No se aceptan devoluciones le enseñó que también se puede hacer un humor universal, uno que puede traspasar fronteras y conquistar corazones sin importar el país o el idioma.

Trabajar en Hollywood le ha hecho ubicarse, como actor y como persona. “Llevo cinco años picando piedra en un país (Estados Unidos) tratando de demostrar quién soy, mientras que en otro (México) soy alguien muy conocido, ya con una carrera sólida, lo cual me ha enseñado que no soy ni mejor que nadie. Simplemente hoy estoy de moda en un país y en otro no”.

Explicó que No se aceptan devoluciones es un Dramedy y explicó que tiene mucho de su propia vida y miedos. “Proyecté varios aspectos de mi vida en el guión, como el miedo al compromiso, el miedo a la paternidad, el miedo a mi trabajo, todo eso es reflejo de cómo es la vida de Eugenio Derbez fuera de la pantalla”.

Se declaró un defensor de los débiles y los animales. “Si veo a alguien maltratando a un animal en la calle no puedo evitar manifestar mi enojo, bajo cualquier circunstancia, esté como esté, con quien esté y donde esté, tengo que intervenir”, dijo.

Eugenio Derbez señaló que volvería a dirigir una película, que ha sido una de sus mejores experiencias en su vida, pero también deja claro que no haría cualquier película. “Sí volvería a dirigir, me encantó dirigir y no volvería a hacer proyectos que no esté convencido de ellos, es decir, no volvería a hacer cine tan sólo por hacer cine, cuidaría más escoger proyectos interesantes”.

Actualmente Eugenio Derbez hace cine y televisión, actúa, escribe, dirige y produce sus propios proyectos. “Sólo me falta vender pozole en las noches y barbacoa en las mañanas” y dijo que no es broma.

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