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Tras una breve pero exitosa temporada la puesta en escena Huérfanos se despide de la cartelera mexicana y para ello develó este fin de semana la placa conmemorativa.
Para el adiós, la obra tuvo como padrinos a los actores Karina Gidi, Alfonso Herrera y Miri Higareda, quienes alabaron el trabajo de los actores e hicieron especial énfasis en la labor como director de Hernán Mendoza, quien además protagoniza la obra.
“Desde que Hernán me invitó a develar esta placa me sentí muy halagado, pues cuando vine a ver la obra me conmovió, creo que siempre nos ha demostrado que es un gran actor, pero ahora también nos demostró que puede ser un gran director”, señaló Herrera al término de la función especial.
Karina Gidi externó la profunda admiración que siente por Mendoza, con quien expresó le gustaría trabajar próximamente.
La actriz añadió que la obra es un claro reflejo de las problemáticas a la que se enfrenta la sociedad y como la historia, a pesar de ser un texto de hace algunas décadas, sigue siendo tan actual.
“Me encantaría decir que cada vez hay menos huérfanos y que esto que acabamos de ver ya no ocurre, pero lo cierto es que sigue pasando y esta obra es una muestra de ello, es una obra que habla de una problemática actual y que nos atañe como sociedad, creo que la manera en la que la abordan a pesar de ser fuerte es bastante real”, dijo Gidi al descubrir la placa conmemorativa.
Alabado director. De acuerdo con Mendoza, decidió dirigir la obra porque desde que la vio le pareció una historia entrañable: “Que te hace reflexionar sobre tu realidad, porque creo que de alguna manera todos somos huérfanos en esta vida”, señaló.
La puesta en escena que se presentará hasta el 28 de este mes en el Teatro Milán aborda la historia de dos hermanos que enfrentan la ausencia de sus padres y reaccionan de forma distinta ante la soledad y el abandono.
El montaje es una adaptación del texto del dramaturgo Lyle Kessler, que marca el debut como director de Hernán Mendoza y cuenta con las actuaciones de César Rodríguez y Mauricio Argüelles, quienes plantean a través de la historia una reflexión sobre la orfandad.
La adaptación de la puesta en escena, que se estrenó en los años 80 en Estados Unidos, mezcla el drama con algunos tintes de comedia, que puede hacer que el público transite en diversos estados de ánimo y al final se lleve una reflexión.
