Nueva York.— Robert Zemeckis es un contador de historias, de personajes que le enseñan al espectador que todo es posible, hasta lo más descabellado, y su nuevo protagonista Philippe Petit no es la excepción.

Basada en una historia real, En la cuerda floja narra las peripecias del francés que rompió todos los esquemas en el mundo al proponerse hazañas como la de caminar sobre una cuerda entre las dos Torres Gemelas desde lo más alto de sus 110 pisos de altura.

La anécdota llegó a Zemeckis por casualidad y que de inmediato atrapó su atención. “Me topé con la historia gracias a un libro de niños y a partir de entonces empecé a investigar lo que sucedió y no podía creer lo increíble que era. Me pareció que tenía todos los ingredientes para hacer una película irresistible”, contó el director a EL UNIVERSAL.

Cuando conoció a Petit lo primero que confirmó el director de Naufrágo es que ese hombre excepcional también era un gran contador de historias.

“Es alguien a quien de inmediato amé. Un narrador fascinante al que me encanta escuchar”, dijo.

Para Robert, el único actor que podría encarnar a este complejo personaje era Joseph Gordon-Levitt.

“Fue mi primera y única opción para este papel. Obviamente es un gran actor pero además tiene muchas habilidades técnicas, como la de hablar un francés perfecto. También tiene un gran amor por el circo, por los shows callejeros. Todo eso me hizo decir: ‘es perfecto, realmente entiende por qué Philippe hace todo esto’”.

Asesoría personalizada. Y no se equivocó, pues Joseph no sólo investigó todo lo posible acerca de Philippe, sino que consiguió que el propio Petit le diera un taller intensivo de ocho días durante los cuales durante 10 horas diarias no hacían otra cosa que pr acticar las caminatas sobre la cuerda y hablar de la vida. ¿El resultado? El actor llegó a perfeccionar la técnica de tal forma que todas las escenas de equilibrio de Gordon en la cinta son reales.

Levitt aprendió todos los gestos y personalidad del hombre que la mañana del 7 de agosto de 1974 demostró a Nueva York que todo es posible.

“La mayoría del tiempo que Philippe y yo pasamos juntos lo hicimos caminando en la cuerda. Hacerlo es realmente adictivo porque una vez que logras encontrar el balance perfecto te viene una descarga de optimismo que quieres mantener. Es muy divertido aunque te duele todo: el cuerpo, los pies, porque tienes que tensar cada músculo, así que te deja agotado y adolorido pero me fascina”, contó.

Joseph comentó que tuvo ocasión de preguntarle a Petit por qué decidió hacer aquella peligrosa caminata.

“Me dijo que no hay una razón y que simplemente tuvo esa bella imagen en la mente y tenía que hacerla posible de cualquier forma”, recordó el actor que a los cinco años descubrió que a esto quería dedicar su vida después de hacer del espantapájaros en una puesta en escena escolar de El mago de Oz.

Gordon-Levitt se encuentra en la cúspide de su carrera, pues también terminó de filmar la nueva cinta de Oliver Stone, Snowden, en donde protagoniza al empleado de la CIA que filtró información clasificada a los medios.

“Edward es un personaje muy interesante. Filmamos en Münich, Washington, Honk Kong y Hawaii y la verdad es que creo que hay muchas similitudes entre Edward Snowden y Philippe Petit. Porque aunque son dos formas muy distintas de comprometerse en lo que creen, ambos han estado dispuestos a arriesgar su vida con tal de conseguirlo. Pero mientras que Philippe es un artista a Snowden lo veo más como un ingeniero en el que todo es acerca de la lógica y la razón y de tener una justificación para hacer las cosas”.

La película se estrenará el próximo año.

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