Aunque los jóvenes estén mejor informados y mayor concientizados sobre el tema del bullying, no se muestran dispuestos a modificar su comportamiento. ¿La razón? Lo sienten como algo que no pueden evitar, no encuentran alguna motivación para hacerlo y la amenaza de ser castigados no es suficiente, revela el estudio más reciente realizado por el Centro de Opinión Pública (COP) de UVM.

Sobre el tema, el maestro Raymundo Calderón, Director Nacional de Psicología de UVM, comenta que es muy difícil encontrar incentivos o reforzadores para que los jóvenes dejen de practicar el bullying, ya que este comportamiento se ha convertido en una estrategia de interacción. Esto, dice, es debido a que, de los 12 a los 18 años, aún están construyendo su personalidad y la inseguridad los lleva a involucrarse en las burlas hacia otros para pertenecer a un grupo, sin medir las consecuencias de este comportamiento, a menos que ellos mismos sean las víctimas.

De acuerdo con el maestro Calderón, los jóvenes temen ser víctimas de acoso escolar y, aunque están conscientes de que lo que hacen no es adecuado, algunos asumen que si no se convierten en victimarios se vuelven vulnerables.

Los jóvenes participantes en el estudio del COP señalan que el bullying siempre ha existido y que, a pesar de toda la información que hay sobre el tema, no han visto una disminución de este fenómeno en su entorno social. De hecho, “se ha observado un incremento en la violencia cuando se practica el bullying debido al entorno social de inseguridad que vivimos”, asegura el Maestro Calderón.

Mejor conectados, mayores consecuencias del bullying. En opinión de los jóvenes, las redes sociales son rápidas y muy prácticas para comunicarse con los demás. Las que más utilizan son: Facebook, Twitter, Vine, Instagram y Tumblr.

Comentan que la principal razón por la que utilizan estos medios es para sentir que pertenecen a un grupo y para enterarse de los planes y actividades de sus amigos.

El estudio indica que el tiempo que los jóvenes están conectados en las redes sociales es muy variable: va desde quienes pasan al menos 20% de su tiempo hasta quienes reconocen estar conectados más del 70% de éste. Además, la mayoría de usuarios consulta las redes sociales por medio de su teléfono, lo que les permite estar conectados todo el día y constantemente.

Los participantes en el estudio del COP consideran que las consecuencias del bullying son mayores cuando se traslada a las redes sociales. Reconocen que, cuando se hace una publicación en Internet para agredir a alguien, la puede ver gente fuera del círculo social, puede replicarse, permanecer mucho tiempo vigente y, sobre todo, puede trascender la red social.

Señalan que las causas más frecuentes del acoso en redes sociales son su reputación, forma de vestir y características físicas, lo que es muestra de discriminación.

Para poder lograr resultados en la disminución del bullying, aconseja el Maestro Calderón, es de suma importancia trabajar en conjunto, ya que es un asunto que involucra instituciones, familia y, sobre todo, la dinámica escolar.

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