Dulce María va a cumplir 25 años en septiembre y ya sabe leer gracias a su Cuaderno de lectoescritura y señas, el primero de su tipo en México.

Cuando Dulce María nació fue víctima de una negligencia médica y además de vivir con sordera, tiene retraso mental y artritis.

Ahora es risueña y amiguera, y tiene muchos contactos en Facebook. “Es una maestra en redes sociales”, dijo Mariana, su hermana mayor.

Pero de niña, no se podía comunicar con nadie, y nadie se comunicaba con ella. No sabia leer y no podía aprender nada.

Para ayudarla, su madre, María Elena Rodríguez, maestra de preescolar, y René Pontón, diseñador gráfico y profesor universitario; trabajaron 15 años en un libro, el primer texto de lectura y señas en español para sordos en México.

Gracias al libro, Dulce María sabe comunicarse con señas, con imágenes y sabe identificar palabras, una triple habilidad que la mayoría de los sordos no tienen y no existía manera de aprenderlo, hasta ahora.

Mi cuaderno de lectoescritura y señas es editado por Trillas y sólo se editaron mil ejemplares por el momento. “Vamos a ver como funciona”, dijo su autora a EL UNIVERSAL Querétaro.

Todo empezó en el kinder, porque Dulce María no se podía comunicar con sus compañeritos de colegio y tampoco sabía leer. Su madre la llevó a una escuela escolarizada y no resultó. La llevo a un colegio para niños especiales y tampoco funcionó. La metió a una escuela para sordos, pero su retraso y artritis no ayudó, porque los libros de texto que utilizaban eran para oyentes.

“Después de tanta frustración y rechazo de diferentes instituciones, decidí aprender señas junto con ella, terminar la licenciatura en preescolar para ver si podía ayudarla más,  estudié también un diplomado en Logogenia (método para activar la capacidad en los sordos para aprender español)”, explicó la madre y maestra.

Mi cuaderno no es un método y tampoco es un nuevo idioma, “es una herramienta de apoyo a profesores”, dijo la autora. Aclararon que el libro tampoco trae las instrucciones en Lenguaje de Señas Mexicano (LSM), pues el LSM tiene una estructura distinta al español.

Cuenta la mamá de Dulce María, que en una sesión de equinoterapia un niño sordo tomó el libro de su hijo y empezó a brincar de alegría porque entendía las palabras y las imágenes. “Al ver su sonrisa, me di cuenta que valió la pena tanto trabajo”, concluyó la maestra María Elena Rodríguez.

En México, según el INEGI, existen 7.2 millones de personas con discapacidad, de las cuales el 33.3% (2.4 millones) su problema es auditivo.

Las causas de sordera en el país son: 28.9% por enfermedad, 49.6% por edad avanzada, 9.3% por nacimiento, 6.3% por accidente, 0.8% por violencia y 5.1% por otras causas.

Del total de personas con discapacidad auditiva, el 13.4% (320,000) tiene entre 0-14 años de edad, es decir, están en edad escolar.

Sin embargo sólo el 14% de las personas con discapacidad auditiva, entre 3 y 29 años de edad, van a la escuela, porcentaje muy por debajo del 42.4% de ciegos y 23.9% de personas que no pueden caminar, en el mismo rango de edad, que sí asisten a la escuela.

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