Kristel González y Mariel Téllez son socias en el proyecto Zinapsys, un emprendimiento de artículos artesanales y de diseño, que ha resistido a los altibajos de la pandemia por Covid-19, creando desde bisutería hasta libretas hechas a mano.

Las jóvenes relataron su experiencia al emprender una iniciativa que Mariel comenzó hace 18 años y a la que Kristel se sumó hace seis.

Emprendimiento de diseño y artesanías
Emprendimiento de diseño y artesanías

Años atrás, sin la influencia de redes sociales o tutoriales en videos, pero impulsada por su madre, Mariel se las ingenió para conseguir revistas especializadas en el diseño y confección de bisutería, dando pie a un emprendimiento que cambió en diversas ocasiones de nombre y que hoy materializa todo este tiempo como Zinapsys.

“Al inicio no era tan fácil encontrar videos tutoriales como ahora (…) lo que yo hacía era comprar revistas, en mi pueblo era difícil conseguirlas, entonces una señora tenía su puesto de revistas y fui a hablar con ella para que me consiguiera revistas para ver los tutoriales, así como las revistas de bordado, pero de bisutería. Y me gustó esa parte de crear, transformar el material y me daba un dinero extra”, relata Mariel.

Ella es química farmacobióloga, carrera que la influenció para elegir el hombre del proyecto: “La sinapsis es lo que todos hacemos inconscientemente con nuestras neuronas para todo, para movernos, para todo lo que hace el cuerpo”, así es como nació el nombre y para fines de marketing alteró la ortografía para hacerlo llamativo.

Mientras tanto, Kristel, artista plástica, relata que su madre también la instó a que desarrollara su creatividad, mediante clases de pintura y de dibujo, las cuales ahora son las bases de su proyecto y de sus obras.

Ambas se conocieron al ser compañeras de casa, entretejiendo una amistad que ahora las convirtió en socias, cada una sumando sus mejores habilidades: en bisutería, creación de libretas, separadores de libros, pintura, entre otras.

Kristel señala que al inicio fue difícil encontrar un espacio para vender sus artesanías, pues entonces no se veía el auge actual de los mercaditos artesanales.

“Nos conocemos, me dice: ‘tengo una marca de bisutería’, ya tenía casi todo sólo faltaba como ese empujón de venderlo, que la gente conozca el proyecto. Me uno a su idea, juntamos las mejores habilidades de cada una y de pura casualidad encontramos un festival, porque no nos admitían en ningún lugar, esto fue en el 2018, todavía no se ponía la moda de los bazares del emprendimiento, fue un poquito antes de ese boom”, explica Kristel.

Al encontrar un festival al que tuvieron fácil acceso, lanzaron oficialmente su marca: Zinapsys, dedicada a la creación y venta de accesorios, joyería, aretes, pulseras, collares, encuadernación, separadores, bolsas de tela pintadas a mano y demás artículos elaborados por ellas.

De manera itinerante han mostrado sus creaciones en diversos foros, desde el mercadito de la Universidad Autónoma de Querétaro hasta el Centro Educativo y Cultura Manuel Gómez Morín, e incluso en tiendas con presencia en todo el país.

“Estuvimos en una boutique, es el punto más alto que ha tenido el proyecto, en una boutique de (la colonia) Milenio III; ahí nos encontró una chica que le gustaban los cuadernos con tapa de papel, con ilustraciones de la cultura mexicana”.

Aquella chica es Ariadna Briseño, una artista que elabora catrinas y que ahora es amiga de ambas. Ariadna les solicitó 100 libretas, un pedido que estaba lejos de los diez cuadernos que producían al mes.

Kristel señala que en ese momento no sabían qué iba a pasar con el emprendimiento, por lo que este pedido fue una grata sorpresa. Aunque tenían dudas, pues en ocasiones les solicitan cotizaciones, pero no se cierran las ventas al final.

Esta chica nos transfiere, nos pone fecha de entrega y nosotros en shock. (…) Ella es emprendedora, tiene una marca enfocada a catrinas, uno de nuestros cuadernos tenía catrinas justamente. Nos lanza como una cubeta de agua fría que ella vende en Sanborns y que va a meter nuestros cuadernos a Sanborns”, relata Kristel.

Inicialmente comenzarían con presencia en cinco tiendas de esta cadena. Llega el día de la entrega y Ariadna les pide que la acompañen a llevar sus cuadernillos, donde la tienda cuenta con un área de artesanías y donde colocarían sus productos. Con el avance del tiempo los pedidos aumentaban, los cuadernos llegaron a diversos puntos de venta de la República.

Sin embargo, llega la pandemia, muchos negocios cierran y en la tienda donde colocaban sus productos les informan que se les regresarán sus artículos.

“Fue una etapa bastante caótica, rápida, la disfrutamos mucho, pero la pandemia sí nos hizo retroceder bastante. Hubo puntos de venta que cerraron, de repente todo lo que teníamos en stock regresó a casa y (en temporada) post pandemia no quisimos reintentar regresar a Sanborns, porque sí nos pegó bastante fuerte, a nivel económico y a nivel emocional. Ahorita estamos en el proceso de regresar a lo que ya habíamos conquistado”, afirma.

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