Una empresa familiar en la que participan no más de 10 personas puede transformar 16 toneladas de uva en cientos de botellas de vino tinto elaborado de manera artesanal, esto ocurre en la empresa de vinos Bothë, cuya identidad 100% queretana ha conquistado los paladares de los habitantes de Ezequiel Montes, donde se elabora dicha bebida.

El productor y fundador de la empresa es José Luis Reséndiz, quien durante años trabajó en el sector vinícola, siempre laboró en áreas administrativas, pero su trabajo le exigía involucrarse también en la producción de vinos. Desde esos primeros trabajos, José Reséndiz se enamoró del vino tinto y decidió crear su propia empresa.

Inicio

Aunque no cuenta con un viñedo, José no se dio por vencido y siguió adelante, compró sus primeras toneladas de uva y las trabajó hasta obtener los resultados deseados; una vez que el vino estuvo finalmente embotellado, buscó la ayuda de su familia, y así fue como todos terminaron involucrándose en dicha empresa que inició como el sueño de una persona, y hoy es el trabajo de toda una gran familia.

María Soria y su esposo Jasiel Morales son cuñados de José, fueron de los primeros en involucrarse en el funcionamiento de la empresa y acompañar al fundador por el camino del emprendedurismo.

Jasiel se encargó de plasmar la identidad, diseñó un logotipo y las etiquetas, añadió un dibujo de la iglesia de la comunidad Villa Progreso para reflejar la religiosidad de la zona, también mostró diversos toques del ixtle, material que se usa para elaborar textiles en esta comunidad de Ezequiel Montes.

María, por su parte, se encarga de la venta. Una de las tareas más difíciles, considera, pues día a día se enfrenta al desconocimiento del público y a clientes que consideran que es demasiado pagar 200 pesos por un producto hecho 100% a mano.

“Es muy común que la gente se interese en nuestro vino y al final decida no llevárselo porque le parece caro, es porque hay otros productos que son mucho más baratos porque son de importación, no podemos competir con eso; a un productor pequeño le cuesta mucho más trabajo sacar esto a la venta... La gente todavía no valora que el vino que vendemos ahora es algo que cosechamos hace un año, que lleva tiempo y esfuerzo mantenerlo en buenas condiciones para ofrecerlo al público”.

“Lo más difícil ha sido que la gente se atreva a consumir un producto local, valorar todo el esfuerzo, principalmente cuando no se tiene mucho recurso o maquinaria, como es nuestro caso, cuesta cada gota de vino; el que se le etiquete como un vino caro o que haya moda de que todo supuestamente es artesanal, aunque no lo sea, todo eso nos afecta”.

Concepto

En la empresa Vinos Bothë se produce vino seco, semi seco, vino blanco y próximamente producirán vino rosado. Lo que los diferencia de otros productos, comenta María, es la pasión con la que cada una de estas 10 personas se involucra, desde el momento en que compran la uva, hasta el momento en que el vino está embotellado y es puesto a la venta.

“Lo que nos diferencia de los demás vinos es la pasión con la que se hace, esto integra el trabajo de muchas personas, es un producto en serie y no sólo se enfoca en el sabor, sino en ayudar a varias familias, a la comunidad completa. Desde que se está trabajando la uva hasta el producto embotellado somos aproximadamente 10 personas, unos ayudan en molienda, otros a embotellar, otros a vender”.

Vinos Bothë tiene como objetivo ofrecer un producto natural a los clientes, pero también fomentar el turismo en las pequeñas comunidades como Villa Progreso.

Entre los planes a futuro de la empresa, se encuentra adquirir su propio viñedo y comenzar desde cero la producción. También, buscan involucrarse más con personas interesadas en adentrarse al mundo de los vinos, pues es un producto que no cualquiera conoce o sabe consumir.

“Mi cuñado siempre ha querido tener un viñedo, ese sería el paso siguiente porque un viñedo lleva bastantes años para que se dé el fruto de la uva, queremos seguir con nuestro compromiso de no agregarle conservadores, ni ajustadores de sabor, que no sea un preparado, sino que sea realmente un producto natural, directo de la uva, sin manipular nada”, destaca.

“A muchos clientes les pasa la misma situación que a mí, yo no consumía vino, pero con esto aprendí la forma correcta de probarlo, le agarré el gusto, aprendí mucho sobre este producto. Afortunadamente, la gente está tomando conciencia de lo importante que es consumir productos naturales, eso nos ayuda, sólo faltaría que valoraran el esfuerzo que se hace para que en estos tiempos podamos producir algo natural. Antes tomábamos lo que había, pero ahora hay opciones de productos locales y naturales”, comenta la pequeña empresaria.

cetn

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