Durante un fin de semana en el que imperó la amistad  y la convivencia, se celebró la XXIV edición del Campeonato Nacional de Parejas, en el Club Campestre de Querétaro, en donde se dieron cita más de 100 golfistas, procedentes de todo el país  e incluso de Colombia.

“Mandamos a los ganadores de la categoría Campeonato a competir en el equivalente a este evento en Colombia y así mismo, los triunfadores vienen a participar aquí”, detalló Jesús Topete, presidente del comité de torneos nacionales e internacionales de la Federación Mexicana de Golf, a propósito del intercambio especial.

Este torneo ya se ha convertido en una importante tradición, gracias a que cada dos años cambia de sede, pues las ediciones pasadas  se celebraban sólo en la Ciudad de México, y con esta rotación se ha estimulado su crecimiento por todo el país, además de su descentralización, y ahora le tocó a la ciudad de  Querétaro recibir a los participantes a esta importante competencia de golf.

“Ya conocía el campo del Campestre, es muy bonito y retador, además está bien cuidado”, señaló Topete, mientras admiraba los alrededores, en donde los bastoneros ejecutaban su juego de manera cautelosa y calculadora.

La competencia exige no sólo habilidad y precisión por parte de los jugadores, sino también flexibilidad, ya que durante un día se juega a modo de ‘stroke play’ individual, es decir, donde todos los golpes cuentan y otro se califica a modo de  ‘bola alterna’,  que depende del entendimiento entre las parejas, ya que ambos van jugando una misma bola, lo que representa el mayor reto de la jornada.

“Estamos muy contentos, los jugadores lo disfrutan mucho y todos ellos llevan una camaradería y al mismo tiempo una rivalidad deportiva muy bonita, se respetan y se quieren, pero al mismo tiempo se ven obligados a preparase para poder derrotar al que los venció la vez anterior”, finalizó Jesús  Topete.

Una de los momentos más emocionantes de la tarde, previo a la final, fue el desempate de la categoría A, en el que la pareja conformada por Carlos Mohamed y Viken Siranosian resultó triunfadora.

A lo largo del torneo el clima fue agradable y a pesar de que la lluvia se hizo presente durante un día, el juego transcurrió de manera armoniosa para esperar los resultados y celebrar en la esperada comida de premiación, en donde Juan Pablo Colín y Javier Ramírez recibieron el galardón máximo en la categoría de campeonato.

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