Yoltecuhtli Ohmanqui, practicante de medicina tradicional y conocedor de la tradición indígena, toma aire, piensa un poco su respuesta y después de unos segundos afirma que en este fin de año, más que hacer “rituales” hay que resolver pendientes que se tengan en la vida y en las relaciones sociales, para prepararse para nuevos ciclos que darán comienzo.
Lejos de salir con maletas, barrer la casa, usar ropa interior de algún color, Yoltecuhtli dice que en este fin de año hay que “resolver los pendientes que hayas tenido con tus seres queridos, o con las personas que hayas tenido conflictos, cuidar a la pareja, a los niños, cuidar los alimentos, la tierra y los animales.
“También compartir los alimentos con quienes lo hayan pasado mal, para cuando sea el caso contrario, te ayuden, era otro tipo de costumbres que aún se ven en las comunidades otomís. Lo tradicional es totalmente distinto”, señala.
Explica que el calendario gregoriano, que rige en occidente, no tiene nada que ver con los ciclos naturales de la tierra, es convencionalismo social.
“En estas fechas no hay rituales indígenas. En el calendario náhuatl se ve distinto. Más que rituales, son acciones relacionadas con ciclos astronómicos o ciclo agrario o con cierto ciclo ambiental, de ahí que no vas a ver bendiciones de agendas.
“Cada veintena [de días, según el calendario náhuatl], lo que sí se llega a hacer [son] limpias, que son armonizaciones. Lo que se hace es colocar el momoztli, una especie de altar, donde se ponen los distintos elementos que conforman al ser humano representados con ciertos objetos como el plato de barro, tierra; el jarrito de agua, mente; el ayacaxtli o sonaja, fuego; el silbato, viento; y el petate, la conjunción de los cinco elementos. La cosmovisión es un poco distinta a la que se maneja en occidente”, asevera.
Explica que en la cosmovisión indígena no se tiene tanto un sentido de magia, que eso viene con los españoles, y que es cuando comienzan a salir con las velas de cebo para los rituales, eso es más españolizado.
Comenta que, por ejemplo, la tradición de regalar costalitos con semillas sí se usa, pero no es en diciembre, es en febrero.
“Los costalitos con semillas son en febrero. Lo de las semillas, se deben dar en el Día de la Candelaria. En esas fechas cambiaron el ritual de la ceremonia de las semillas que trabajaban las mujeres para cargarlas, para dejar su ser en las semillas que se iban a sembrar en marzo, para lo cual también se iba a hacer la preparación de la tierra para que antes del 21 de marzo ya estuvieran sembradas”, dice.
En el local donde se encuentra Yoltecuhtli hay plantas medicinales, cuarzos y otros artículos para diferentes rituales tradicionales indígenas.
Indica que en la tradición ancestral es muy común que lo tradicional real todo tenga una utilidad real, un sentido práctico, donde nada se desperdicia.
En estas fechas se hacen semiayunos, se ofrenda algo de parte de la persona, en donde muestra que se está ejerciendo la voluntad, para que cuando inicie el retorno de Huitzilopochtli, del Sol, se ejerza la voluntad de forma consciente.
“Lo que se podría hacer en estas fechas son ofrendas de tabaco, para hablar con los abuelos y con las personas que trascendieron. Ahorita se están yendo varios como la voluntad está muy disminuida en la vida, varios están encaminándose.
“Es este tiempo cuando se ve que está partiendo su esencia, denle chance que se vaya bien, sin tanto dolor.
“En español serían los ceremoniales de despedida. Una forma de hacer que la persona recapitule lo que pasó en su vida y decirle que ya es momento de partir sin afianzarse tanto, que se vaya, que deje de sentir dolor, que ya tienen culpas que pagar, es más ese tipo de cosas que se hacen en esta época”, asevera.
Agrega que en estos tiempos se debe de pensar más en renovación, en dejar en el pasado cosas o actitudes que no dejan crecer a la persona, así como cambiar el entorno.
Una cosmovisión diferente a la que se tiene en occidente, puntualiza, con más apego a los ciclos de la vida y la naturaleza, para este tiempo, en preparación para el renancer de la vida en primavera.
