Ha pasado 17 años de su vida entre saltos, aparatos, giros, y una mente que se hace más fuerte. Miguel Romero Molina es un gimnasta queretano que logró el sueño de todo atleta de alto rendimiento: representar y ganar una medalla para su país.

Su primer acercamiento con la gimnasia fue por casualidad, él quería practicar clavados, pero esta disciplina deportiva no existía en Querétaro.

Sus padres tenían la intención de inscribir a su hermana en gimnasia, pero no la admitieron por la edad; sin embargo, invitaron a Miguel sin saber que se quedaría para siempre.

“La gimnasia me marcó para toda la vida”: Miguel Romero
“La gimnasia me marcó para toda la vida”: Miguel Romero

Con el paso de los años me fui enamorando más y más de la gimnasia.

Enamorando de todos los valores que te da este deporte, como lo es la disciplina, el respeto hacia los compañeros, el ser solidario, tratar de apoyar a los compañeros en sus aparatos, desde los entrenamientos y durante las competencias.

[La gimnasia] me enseñó a ser competitivo de forma sana, siempre deseándole lo mejor a mis contrarios, pero al mismo tiempo reconociendo el trabajo que han hecho para llegar a las competencias.

No me arrepiento de haber elegido la gimnasia como mi deporte y como parte de mi formación [profesional y] de vida”, explicó el joven atleta.

Hoy, a sus 23 años y con una medalla de los Juegos Centroamericanos, Miguel piensa en aquel niño que comenzó una carrera deportiva por casualidad, y seguro, comenta lo que le diría: “Nada es imposible mientras uno trabaje para ello, mientras uno crea en sí mismo y mientras disfrutes lo que haces”.

Competencia en Barranquilla

Su paso por la selección mexicana comenzó desde joven. Con sólo 16 años, Miguel llegó al Centro Nacional de Alto Rendimiento para empezar nuevos retos.

Su llamado a la selección mayor, se dio apenas el año pasado.

Hoy, cuenta con una medalla de bronce en la justa caribeña celebrada en Barranquilla, Colombia, este año.

Yo sabía que era una responsabilidad muy grande irme [a competir] fuera de mi casa; que yo me alejara de mis padres, de mi novia, de mi hermana... al mismo tiempo, eso [irme a competir] era una motivación que me sirvió para aclarar más lo que quería y los objetivos que tenía que alcanzar [como gimnasta].

Fue difícil en parte, pero con el apoyo que me brindaron [mi novia y mi familia] no podía pedir más. La mejor forma de agradecerles fue que se sintieran orgullosos de mí y que ellos me vieran felices con el resultado”, comentó.

Sus padres, su hermana y su novia son piezas fundamentales en la vida de este deportista. Emprendieron una travesía hasta Colombia para verlo competir, y a pesar de que tuvieron trabas en el camino (como no tener boletos), lograron estar en las gradas alentando al queretano.

“La gimnasia me marcó para toda la vida”: Miguel Romero
“La gimnasia me marcó para toda la vida”: Miguel Romero

Es una experiencia muy gratificante, algo que me marcó para toda la vida.

“Siento que las dificultades que pasaron mis papás, mi novia, y mi hermana eran inevitables, por algo ocurrieron. Al final, entraron a la competencia, me acompañaron y estuvieron conmigo.

“La verdad no me enteré de muchas cosas, no tenía cómo comunicarme tan fácil, no había internet, me pude comunicar un poco con mi novia que estaba al pendiente de mis papás y cuando supe que ellos llegaron me desconecté [del internet], hasta que salí a la competencia y vi a toda mi familia y a mi novia. Fue algo muy emocionante, los vi porque escuchaba los gritos, pero me enteré [de todos los problemas que pasaron] hasta un día después de la competencia”, mencionó.

Retos en el deporte nacional

El deporte mexicano está en constante cambio, dirigentes van y vienen, pero hay atletas que ven pasar ciclos y ciclos administrativos, por lo que Miguel, le pide a la nueva dirigente de la Comisión Nacional del Deporte (Conade), Ana Gabriela Guevara, que atienda los problemas y que decida pensando en sus años como atleta.

Hay que ser positivos y pensar en que todo será para bien. A pesar de lo que suceda, los más beneficiados vamos a ser los deportistas y los entrenadores, pero creo que eso [el bienestar], es algo que se debe tomar de forma positiva para no atraer cosas malas.

“Yo le pediría [a Ana Gabriela] que se ponga del lado de un deportista, ella fue deportista, ella sufrió todas las decadencias que puede llegar a tener un deportista. No pedimos cambios de la noche a la mañana, queremos que sea de forma gradual, para que así se vea reflejado en los resultados que den los atletas”, comentó.

Miguel piensa que uno mismo es quien se pone las trabas en cualquier reto, la falta de apoyo en el deporte es un pretexto cuando no se quieren hacer bien las cosas.

El gimnasta sabe lo que es trabajar duro y que aún así no haya resultados, pero en estos años, el deporte le ha forjado un carácter para admirarse.

Lo principal es que [el deporte] me ha hecho ser una persona humilde, el siempre saber de dónde vengo. Me ha hecho una persona responsable como hijo, estudiante, pareja. De las cosas que me han forjado en estos 17 años es ser disciplinado, muy perseverante porque a mí no se me daban las cosas muy fácil, me costó mucho trabajo llegar hasta donde estoy, yo no tenía competencias buenas porque yo no creía en mí, y la perseverancia me llevó hasta donde estoy y me ha hecho saber quién soy y a donde quiero llegar”, dijo.

Tokio 2020 es otro sueño por el que Miguel está trabajando para cumplirlo, hoy es el único queretano que forma parte de la selección mexicana. En su momento, Manuel Alemán y Rubén Cuevas (Q.E.D) abrieron el camino para la gimnasia del estado, pero hoy Miguel Romero está pavimentando el camino para que más gimnastas puedan seguir avanzando.

bft

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