Con una producción de 10 mil botellas de licor de manzana al año, Casa Loreto se ha consolidado como la bodega de licor más importante de la Sierra Gorda; la historia inició en 1982, casi por serendipia y ahora se ha convertido en un proyecto familiar que tiene altas expectativas de crecimiento, pues además de crear el licor de manzana, la finca pretende ofrecer a sus clientes y visitantes una experiencia única para consolidar la Ruta del licor y la manzana en la entidad.

La finca Doña Lore se ubica en la localidad Agua de Venado, a unos 10 minutos de la cabecera municipal de San Joaquín, en la sierra gorda de Querétaro. Daniel Ledesma Meré es el administrador y el responsable de que en los últimos años se haya transitado de una sencilla producción hasta la elaboración de entre 5 mil y 10 mil litros, que se comercializan en tiendas gourmet en cuatro municipios de la entidad, así como en la Ciudad de México y en San Miguel de Allende, en Guanajuato.

Historia

En palabras de Daniel, la creación de esta finca surgió “como las mejores historias: con una historia de amor”, cuando su abuela (Doña Lore) elaboró 40 litros de licor de manzana para la boda de su hijo, sin embargo la bebida no se consumió en esa fecha y 14 años después fueron abiertos los dos contenedores del licor, encontrando que tenían un gran sabor y olor. Posteriormente surgió la idea de comercializarlo.

“Hoy gracias a la experiencia que hemos adquirido en este tiempo hemos mejorado nuestro nivel de producción, logrando de un solo licor a tener ya siete variedades que da la bodega. Hemos aprendido y a través de profesionistas que nos han apoyado para que ahora seamos expertos y convertirnos en la bodega de licor más importante del estado”, refiere Daniel.

Actualmente, la finca cuenta con más de mil árboles en la huerta que producen las manzanas utilizadas para el licor, sin embargo en los últimos dos años han tenido que adquirir fruta de fincas vecinas, dado que aumentó la producción en más de 40%, así como por que el clima causó que solo pudieran utilizar el 60% de las manzanas de la finca.

“De hecho las manzanas que compramos en las fincas vecinas deben de tener un proceso similar al que nosotros usamos… Si alguna plaga llegara a infectar la finca se fumiga con chile, ajo, cal y aceite. Somos totalmente ecológicos y si la plaga es muy fuerte se utilizan las mínimas cantidades de pesticidas, es una huerta ecológica, no usamos químicos”, menciona.

El licor es elaborado con tres tipos de manzana, en tanto que cuenta con seis variedades: Tradicional, Añejo, Anís de Loreto, Anís tradicional, Reserva especial 10 años y Loreto 27, esta última es una edición conmemorativa por el nacimiento de la abuela Loreto en 1927, además de que la colocación del producto será en lugares más exclusivos, por ser una botella de alta calidad.

La proyección de Daniel Ledesma es que en los próximos años los licores de Casa Loreto puedan venderse en tiendas especializadas en vinos, además de que se consoliden como un referente de San Joaquín y del estado, de tal forma de que se establezca una ruta del licor y la manzana.

Cava 1927

La cosecha de las manzanas en esta finca se da una vez al año, entre los meses de julio y agosto, por lo que en este lugar llegan a contratar hasta 30 personas para las diferentes actividades que se deben realizar, sin embargo hay otros proyectos que conformarán un círculo virtuoso donde la visita a la Finca se vuelva una experiencia.

“Estamos planeando la construcción de nuestra Cava 1927, lo que queremos es que las cavas y las bodegas se trasladen a un costado de la huerta; tenemos un proyecto bastante ambicioso porque se pretende generar la cadena productiva con la parte agrícola y después la parte de mercadotecnia, distribución y la parte turística que va a creación de eventos alrededor del mundo del licor”, precisa.

La finca actualmente tiene una extensión de seis hectáreas, aunque no toda la superficie está dedicada a las manzanas, sino que tiene otros espacios como una tienda y una sala en la que se hacen degustaciones e incluso se ofrece la experiencia sensorial con el licor, aprovechando la vista privilegiada que se tiene desde la finca y que permite disfrutar los mejores atardeceres; acompañando a esta actividad se brinda el servicio de comida para grupos de hasta 10 personas.

De ahí que el proyecto de crecimiento considere crear una bodega para una capacidad de 201 mil litros de licor, la cual llevará el nombre de “Bodega 1982” que conmemora el año en que se fundó esta finca y con ella poder brindar una experiencia única.

“Nosotros nos hemos enfocado en la publicidad efectiva, que es la que se hace de voz en voz; lo que queremos es que quien nos visite tenga una experiencia padrísima y que quiera venir, eso es lo que buscamos. Empezamos con esta actividad en 2007 cuando abrimos la finca de manera austera, pero de cuatro años para acá empezamos a fortalecer esa parte… Nosotros tenemos una identidad, una historia y es lo que vamos a seguir conservando para toda la vida, el arraigo a nuestras raíces”.

arq

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