Frituras, guajolotes, tacos, tostadas, refrescos y otros productos conocidos como alimentos chatarra, forman parte de la dieta de gran cantidad de mexicanos y, por supuesto, de los habitantes de la entidad.

Las tradicionales fiestas patronales que se realizan en los barrios o alrededor de las capillas, templos y parroquias, tienen la infaltable presencia de decenas de puestos de comidas elaboradas con sustento en el aceite y la grasa.

Desde hace tres años el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) encendió los “focos rojos” en el aspecto nutricional de los queretanos, al advertir que si desde entonces no se tomaron las medidas adecuadas para modificar sus hábitos alimenticios, en un lapso no mayor a los 20 años, 100% de los habitantes tendrá sobrepeso u obesidad.

Ahora tenemos que decir, estamos a 17 años de ese límite.

Parte de la problemática tiene que ver con el consumo de refrescos embotellados, pues Querétaro es la entidad de la República Mexicana donde más se ingieren.

En 2010, la entonces titular de la Coordinación de Nutrición y Dietética del IMSS en Querétaro, Yolanda Bistrain García, urgió a que la población a hacer conciencia de las enfermedades como la hipertensión y la diabetes, que son consecuencia del sobrepeso y la obesidad, los cuales afectan a muchos habitantes.

De acuerdo con cifras de diciembre de 2009, ambas enfermedades eran padecidas por 5% de niños y 32% en adultos mayores en la entidad.

Con esta información, la especialista calculó que si no se frena el avance de la obesidad en los próximos 20 años, 100% de la población tendrá sobrepeso u obesidad, por lo que es indispensable redoblar esfuerzos para cuidar el peso, como complementar la comida con la actividad física.

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