Al iniciar la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) con la tercera etapa de su protocolo de desarrollo de una prueba alternativa de detección del virus SARS CoV-2 (causante de la enfermedad Covid-19), la nueva técnica LAMP —de amplificación isotérmica de ácidos nucleicos, por sus siglas en inglés— adoptada por los investigadores, demostró tener mayor sensibilidad al detectar de entre 414 muestras procesadas, un total de 102 resultados “reactivos”; es decir, personas que tienen el virus activo, aun cuando no hayan desarrollado síntomas o estos se hayan presentado de forma leve.

La rectora de esta casa de estudios, Teresa García Gasca, señaló que la ventaja de tener una prueba mucho más sensible es detectar una mayor prevalencia de portadores asintomáticos, con lo que se consigue el objetivo planteado desde el inicio de esta investigación: cortar la cadena de contagio.

Esto cobra especial relevancia ya que se ha definido que existe una prevalencia de cinco a 10 casos desconocidos por cada caso confirmado; además de que un individuo puede infectar, en un mes, a 256 personas, cumpliendo las medidas de sana distancia, y la cifra se eleva a 406 si no se respeta el distanciamiento social.

La catedrática, quien por su formación en bioquímica forma parte del equipo de 18 investigadores que realizan el trabajo en laboratorio de este proyecto, resaltó que la alta especificidad de la prueba LAMP también obliga a ser todavía más estrictos con el manejo de las muestras tomadas a los candidatos voluntarios en la clínica de Santa Rosa Jáuregui de la UAQ.

Simultáneamente, se ha dado inicio con la prueba de detección de anticuerpos, que también se trata de una prueba de diseño propio y que busca determinar el grado de exposición al virus en la población de estudio.

Durante la tercera etapa se siguen recibiendo solicitudes en línea para participar en esta investigación de la áximma casa de estudios del estado; y continúan los acercamientos con las empresas del sector privado, quienes con sus donativos han ayudado a la continuidad del protocolo.

La rectora apuntó que permanecen las gestiones para conseguir el recurso financiero que garantice el mantenimiento del programa de detección por lo menos los siguientes seis meses; con miras a que en un futuro a mediano plazo se pueda integrar un servicio básico de detección de SARS CoV-2 en las clínicas universitarias, este sí con un costo de recuperación, sobre todo enfocado en adquirir los insumos de laboratorio necesarios.

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