UNAM Juriquilla
Los murciélagos presentan una variedad de hábitos alimenticios; dependiendo de la especie de que se trate y, a través de llevar al cabo la búsqueda y obtención de sus alimentos, proporcionan servicios en beneficio de los ecosistemas.
Por ejemplo, las especies que comen insectos (insectívoros) llegan a alimentarse, en una sola noche, de toneladas de insectos nocturnos, que pueden llegar a constituir plagas para la agricultura y para el hombre.
También, hay unos pocos murciélagos que se alimentan de pequeños vertebrados, como lagartijas, incluso también de otros murciélagos (carnívoros).
De los que comen sangre (hematófagos) sólo hay tres especies de murciélagos vampiros que se encuentran distribuidas en el Continente Americano, sobre todo en zonas tropicales y subtropicales. El vampiro común (Desmodus rotundus) se alimenta de sangre de mamíferos, como vacas y caballos, pero principalmente de animales enfermos; mientras que las otras dos especies (Diphylla ecaudata y Diaemus youngi), principalmente, consumen sangre de aves.
Cabe mencionar que, los murciélagos son mamíferos frágiles que tienen un gasto energético extremo por el hecho de su adaptación al vuelo, además, pierden mucho calor a través de sus membranas alares desnudas, de ahí que necesitan estarse alimentando constantemente. Son muy susceptibles a los cambios climáticos que actualmente se están manifestando, así como a la fragmentación de los ecosistemas por todas las actividades que el ser humano ha llevado al cabo en nuestro planeta, por ello, en la actualidad hay muchas especies en peligro de extinción.
Actualmente en la Unidad Multidisciplinaria de Docencia e Investigación de la Facultad de Ciencias, UNAM, Campus Juriquilla, junto con otras instituciones, estamos llevando al cabo investigaciones para evaluar especies bioindicadoras de zonas de riesgo ecológico, a través del estudio de los quirópteros y sus parásitos asociados. Dichas investigaciones están siendo apoyadas por el programa PAPIIT de nuestra UNAM (IN219113).
Queda expresar lo maravilloso que es la gran diversidad de los seres vivos que habitan nuestro planeta destacando que, dentro de éstos, los murciélagos representan a seres extraordinarios. Son pequeños mamíferos que tienen a sus bebes en números limitados, ya que sólo dan nacimiento a una o máximo dos crías (casos muy excepcionales), porque la madre no podría volar con una carga que exceda la capacidad de vuelo. Generan leche en sus pequeñas mamas y les dan de comer a sus crías, son susceptibles de formar colonias de maternidad y conformar guarderías, para entonces dar mayor seguridad a su prole.
Los murciélagos, si llegan a rozar el cabello de las mujeres -por accidente, cuando el ser humano penetra a los refugios de éstos-, no causa ningún daño.
Y contrario al mito de los chupasangre, que derivó de la novela del Irlandés Bram Stoker a través de su personaje el conde Drácula (1897) y su fantástica transformación en murciélago vampiro -basado en Vlad Dracúl, el empalador, ubicado en Transilvania-, cabe mencionar que los vampiros hematófagos, por ejemplo, no habitan en Europa, sino son exclusivos de América. Además con sus colmillos sólo hacen la herida para luego lamer la sangre directamente de la herida, como lo hiciera un gatito cuando lame un recipiente con leche. No tienen la capacidad para desangrar a ningún animal del que coma porque su límite de ingesta es de unos cuantos mililitros y, por supuesto, que no se convierten en hombres vampiros inmortales.
Debemos agradecer a los murciélagos por tener una de las bebidas más emblemáticas de nuestro país, el Tequila, ya que el agave azul -de donde deriva este aguardiente-, en su desarrollo cuando salen sus flores, éstas abren de noche y la forma natural para llevar al cabo su fecundación es a través de unos murciélagos polinívoros. Podemos decir que les debemos a ellos la existencia del Agave y del Tequila.
*Coordinador de la Unidad Multidisciplinaria de Docencia e Investigación de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México, Campus Juriquilla