A un día de haber celebrado la navidad reflexionaba, ya en casa, sobre lo que hemos avanzado como país en materia de aviación, y no con esto pretendo, enumerar la historia de la aviación mexicana, aquella que se considera iniciada con el hito impuesto por el “sportman” mexicano Alberto Braniff a bordo del Voissin mono motor sobrevolando los llanos de Balbuena aquel 8 de enero de 1910 -guardando el respeto a las aportaciones de Miguel Lebrija y Don Joaquín de la Cantolla y Rico en años previos en nuestro país-; pero como lo he dicho, esta reflexión navideña no tiene la intención de convertirse en un listado de efemérides de la aviación nacional.

Sin menos cabo de la increíble historia de nuestro país en esta materia, el 17 de diciembre de 1903, unos años antes que Braniff, los hermanos Wright, después de cientos de intentos, lograron hacer un vuelo controlado de 12 segundos de un biplano controlado por motor. Ese fue el instante en la historia -y que traigo a esta reflexión- cuando empezó todo para mí, me explico.

Este pasado 17 de diciembre fue celebrado un aniversario más de este punto de inflexión en la historia de la aviación mundial y también el cumpleaños de la primera persona que confió en mí, una mujer cuya carrera como funcionaria pública en nuestro país ha dejado huella. Ella fue la primer Secretaria de Educación a quien estuvo adscrita la Universidad Aeronáutica en Querétaro cuando fui su Rector, un proyecto que transformó mi vida y me permitió impactar a miles de personas a través de la educación y del desarrollo económico. Cómo reconozco esta fecha, como una afortunada coincidencia, algo que, sin creer en el destino, ya significaba algo para mí, incluso muchos años antes de nacer siquiera.

Cuando un 10 de diciembre de hace cincuenta y dos años yo vi la luz de este mundo, mi destino de una u otra manera ya se asociaba a la aviación, nací el día de nuestra señora de Loreto, patrona de la aviación en muchos países de América Latina incluyendo a nuestro país, y sin que esto pueda necesariamente asociarlo al destino, si es otra afortunada coincidencia que hoy, una vez vivida una historia de 20 años en la industria aeroespacial y de aviación mexicanas, reflexiono como predestinada.

Siempre soñé con volar, con tomar el vuelo, con viajar y conocer lugares, personas, con escribir sobre ello y con dedicar mis talentos para ayudar a los demás. Hoy en esta navidad reflexiono sobre lo que he podido construir en favor de los demás, recuerdo con mucho cariño a quienes me han creído en mí y a todos aquellos que me dieron las primeras oportunidades para crecer, hoy más que nunca agradezco la vida que tengo, a las personas que aún siguen conmigo, a los que me han criticado, con quienes he caído y para los que me he levantado. Hoy lo veo claro, un 17 de diciembre de hace 120 años fue cuando todo empezó para mí, seguro pudo haber sido antes, pero es hasta donde hoy alcanzo a ver. ¿Cuándo empezó todo para ti?

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