Las diversas campañas electorales han entrado en su fase final. Desafortunadamente, la lucha política se ha librado en un contexto de confrontaciones de ira y odio, por lo que la política ha sido, hasta ahora, un medio para destruir al alter a través de discursos de violencia verbal, ojalá no se desborden las pasiones hacia una violencia física, selectiva y desmedida.

Una vez concluida la contienda electoral del 2 de junio habrá la necesidad de interpretar y reinterpretar el acontecimiento, ya que se han interconectado hechos políticos importantes para su consideración, a saber: la “alianza maldita” entre los partidos otrora antagónicos, PRI, PAN Y PRD. Hoy en día caminan juntos como oposición para enfrentar al potente Morena.

La sociedad se ha vuelto compleja y dichos partidos no comprendieron las nuevas demandas de la sociedad, se distanciaron de ésta y optaron por encerrarse en sí mismos y guiados por pandillas corruptas. Este fenómeno está a la vista y, desde luego, están pagando las consecuencias.

Al actuar como pandillas, no les ha interesado la política como vehículo para acceder al poder. Se conducen por la vía del engaño, la mentira y la marrullería para intentar salirse con la suya de acuerdo a intereses propios. Nunca se han preocupado por estudiar el “estilo personal de gobernar” del presidente de la república Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para confrontarlo con estrategias inteligentes. Solo lo odian y nada más. Por esta razón, el debate democrático no creció durante el sexenio. AMLO los confronta, hoy por hoy, en el escenario del odio y ahí los derrota, vale decir en el espacio estratégico de “la mañanera”. Ese es el verdadero ring de la lucha a puño cerrado y donde el presidente gana las riñas y cuando las pierde, aun así, sale ganando.

En el corto plazo habrá de purificar el viejo sistema de partidos políticos, la mayoría están en estado terminal y cuando perezcan serán reemplazados por otras formas de organización política acordes a la sociedad digital, ya en su proceso de configuración.

La violencia no debe expresarse de ninguna forma. Si existe la violencia es porque la coalición de partidos políticos aglutinados en el PRIANRD no se sumó a la nueva forma de debatir propuesta por AMLO.

Por otra parte, Morena enfrenta desafíos, el de configurarse como un partido de izquierda con identidad propia. De igual manera, tendrá la gran labor de evitar la plaga de langostas y/o grillos que agobia su ecosistema desvirtuando su esencia política, el riesgo sería la destrucción de Morena.

La transición del movimiento social y político a partido político es muy difícil, se necesitan liderazgos netamente comprometidos con el movimiento de la Cuarta Transformación (4T) para a posteriori crear nuevos arcos de solidaridad, nuevas redes sociales y el diseño de nuevas formas de convivencia social y política. Tarea nada fácil: construir el nuevo sistema político de la 4T.

Para concluir, sin duda Morena triunfará en las elecciones del 2 de junio y en lo regional, el partido guinda perderá elecciones locales si su deseo es perder. Perderá porque quiso…

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