Triste pero cierto, cada vez que un mexicano insulta por cuestiones electorales a otro mexicano, México y su democracia pierden, ya que dichos insultos solo producen rencores, ahondan odios y favorecen el distanciamiento entre el agredido y el agresor. Aspectos que no contribuyen al bien común sino todo lo contrario, lo degradan y peor aún, profundizan las diferencias entre ambos imposibilitando el acuerdo que sí suma y sí construye.

Por supuesto que las distintas visiones que generan distintas opiniones ciudadanas enriquecen la vida pública —incluyendo a los gobiernos— fortaleciendo así la construcción del bien común. El problema surge cuando la lógica de la violencia, del insulto y la denostación se imponen sobre el debate civilizado y por tanto respetuoso y pacífico.

Recordemos que no hay verdades absolutas —en política menos—, y que para poder alcanzar los acuerdos que son indispensables para la construcción de un mejor país es imprescindible que los ciudadanos acudamos al debate con información amplia y verdadera (no con “otros datos”) y presentemos argumentos sólidos a favor de su postura, pero también dispuestos a escuchar a la contraparte e inclusive abiertos a ser convencidos por ella.

Es por lo anterior que me resulta preocupante que, ahora que hemos transitado tan solo una tercera parte de la contienda presidencial y a que seguramente el “ambiente político se calentará aún más”, los seguidores de las dos candidatas —Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum— en buena medida centren sus mensajes en las redes sociales no en referirse a las cualidades y propuestas de su candidata sino en denostar e insultar a la otra candidata. En otras palabras, observo en las redes sociales más señalamientos e insultos por los cuales no votar por una candidata que argumentos para sí votar en su favor.

Nota: Señalar errores y pifias de una candidata me parece importante y hasta necesario, pero siempre sin insultar.

Fuente de los Deseos: Ojalá que todos los mexicanos dejemos atrás las denostaciones, difamaciones e insultos entre nosotros y para con las candidatas. Ojalá nos centremos en hablar bien de nuestra candidata y que cuando señalemos los errores, deficiencias y hasta pifias de la candidata contraria lo hagamos con respeto, sin insultos y ojalá las candidatas pongan el ejemplo. Ojalá dejemos de sembrar rencores y dejemos de fomentar odios, ojalá concienticemos que gane quien gane la contienda presidencial la ganadora va a necesitar a todos los mexicanos para poder cumplir con sus promesas de campaña y lo más importante: para poder brindar a todos los mexicanos el bienestar que anhelamos.

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