Después de revisar los números y las mediciones que casas encuestadoras y analistas políticos han realizado del primer debate entre los cinco aspirantes a ocupar la Presidencia de la República, me parece que los ganadores de este encuentro fueron dos: Ricardo Anaya Cortés y Andrés Manuel López Obrador.

Para llegar a tal conclusión consideré pertinente tomar las recomendaciones de estas casas o empresas que se dedican a medir las preferencias electorales, de evaluar tres factores.

Uno, la medición entre los electores que vieron el debate, de quien consideran que fue el ganador del mismo. El segundo que hay que evaluar es si las preferencias electorales de cada uno de los candidatos se incrementaron o bajaron y, finalmente, el tercer factor a tomar en consideración es tratar de medir qué candidato o candidatos perdieron intención de voto.

Las consideraciones. Hasta el momento, de 10 mediciones que he revisado en torno a la pregunta ¿Quién cree que ganó el primer debate?, en términos generales, en primer lugar se colocó Ricardo Anaya Cortés, con un promedio de 46–48 por ciento de las menciones.

En segundo lugar, los encuestados han colocado como ganador a Andrés Manuel López Obrador, con entre 23–25 por ciento de las menciones. En tercer sitio se ubicó José Antonio Mede Kuribreña (11–13 por ciento).

Cierto es que decir que uno u otro es percibido como ganador de ese debate no necesariamente conduce a pensar que la intención de voto cambió en el mismo sentido.

Por eso el segundo factor a considerar es la preferencia electoral antes y la posterior al debate mismo.

Por ahora, conozco los resultados de tres encuestas sobre preferencia electoral realizadas después del debate. Indicadores SC, POP Gruop y Massive Caller son las tres empresas que ya hicieron este ejercicio.

La comparación de los promedios de preferencia electoral entre las encuestas realizadas antes del debate y de las aplicadas después del mismo reportan que el candidato Ricardo Anaya Cortés pasó de 24–25 puntos porcentuales de intención de voto a 28–29 por ciento. El caso de López Obrador es similar, pues también aumentó la intención de voto al pasar de 39–40 por ciento a 42–43 por ciento.

Jaime Rodríguez pasó de menos de un punto porcentual a casi 3, mientras que Margarita Zavala se mantuvo en 4–5 por ciento de las preferencias.

El único candidato que perdió intención de voto después del debate fue José Antonio Meade, que pasó de 16–17 por ciento a 12–13 puntos porcentuales.

Primera lectura. Los números referidos nos conducen a concluir que:

1.- Funcionó para Ricardo Anaya haber expuesto, con puntualidad y pruebas claras, las inconsistencias en el discurso de Andrés Manuel; fue positivo que presentara propuestas sustentadas en datos, y, finalmente, su actitud más tranquila que dejó de lado su imagen de niño berrinchudo.

2.- Para Andrés Manuel López Obrador la noticia positiva es que el “voto duro” con el que cuenta no se cimbró e incluso tuvo una ganancia que, me atrevo a decir, son votos que provienen de quienes decidieron retirar su apoyo a Meade Kuribreña. El tabasqueño se afianzó en la punta de la competencia.

3.- El candidato de la alianza PRI-PVEM -PES, a pesar de que se mostró pulcro en su participación, no convence al trasmitir la idea de ser el abanderado honesto y transparente de un partido político que para los mexicanos es todo lo contrario.

4.- En la medida en que los días de campaña continúan, Margarita Zavala sigue demostrando que la afecta sobremanera ser esposa de un ex presidente de la República, pues no ha tenido el valor que pregona para deslindarse políticamente de su sexenio.

5.- Jaime Rodríguez avanzó en preferencias, pero sigue estando muy alejado de los principales candidatos; dos meses más de campaña parece ser que no será tiempo suficiente para remontar.

Esperemos los siguientes dos debates. Esperemos que más gente los vea y, esperemos también, que ayuden a perfilar un voto ciudadano con mayor conciencia.

Periodista. @juanjosearreola

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