El teniente Gregorio Paulín habla en el interior de las oficinas del cuartel de los bomberos del municipio El Marqués, a un costado de la carretera 500, en la comunidad de La Griega. No hay luces encendidas. No hay energía eléctrica. Apenas hay en la guardia tres elementos de la corporación. Son tiempos complicados para un cuerpo de auxilio que incluso ha brindado apoyo fuera del municipio y del estado.

En la oficina hay un escritorio dispuesto frente a un par de sillones. Un librero con sus carpetas y unos camiones de bomberos a escala aderezan la decoración. Unas imágenes religiosas también están presentes. La fe es algo importante para la estación de bomberos.

Errores administrativos y presuntos malos manejos tienen a los bomberos de El Marqués en esa situación precaria. No es que no haya dinero, sino que la retención de fondos se debe a un impasse: todavía no se resuelven las presuntas irregularidades para que las autoridades puedan liberar los recursos que les corresponden al cuerpo.

Afuera los camiones esperan las llamadas de emergencia, aunque apenas hay tres bomberos de guardia. La mayoría de los voluntarios están en sus otras actividades. El equipo muestra un desgaste por los años. Mucho del mismo ha sido donado. Hay unidades que llevan rotulado “Orange County”.

Un Bull Terrier Inglés camina de un lado a otro, siguiendo a los elementos en sus actividades que deben de llevar a cabo a diario, como lavar las unidades, limpiar las instalaciones y estar alerta para las llamadas de emergencia. El perro agita su cola a una bombera que se despide del teniente.

Gregorio explica que anteriormente eran 65 bomberos activos, de los cuales desertaron 15 cuando hubo cambio de administración. Actualmente hay 59 bomberos. Sólo ocho reciben un sueldo, pero que se está generando por boteo, capacitaciones, donaciones, “de ahí sale el dinero, porque no tenemos recurso del gobierno estatal ni municipal”. Explica que de septiembre de 2020 a abril de 2021 han brindado 307 servicios.

El teniente se encarga del área de capacitación y adiestramiento, encontrando en muchas ocasiones, por los malos manejos del pasado, que las empresas los comenzaban a rechazar, pues éstas trataban de no tener contacto con la corporación por considerar que no eran serios.

Las emergencias que atienden son variadas, como se puede ver en sus redes sociales. Desde un incendio de pastizal, hasta fugas de gas, accidentes en la carretera México-Querétaro, pasando por el retiro de fauna silvestre en domicilios. Aunque sus servicios no se limitan al municipio.

En abril pasado acudieron al municipio de Acuitzio de Canje, en el estado de Michoacán, donde en conjunto con buzos de Acámbaro, Celaya y Moroleón —que son elementos especializados en rescate acuático y recuperación de cuerpos— colaboraron para recuperar un cadáver de la presa La Palma. Ello, a pesar de las limitaciones de equipo; aunque por capacidad no paramos, dice Gregorio.

Los buzos marquesinos han brindado servicios fuera del estado. Hace poco lo hicieron también en Hidalgo. En sus redes sociales son felicitados por los gobiernos de municipios de aquellas entidades en donde prestaron servicios. En esos sitios las autoridades les pagan todos los gastos de traslado, aunque ellos no recibían nada de sueldo. El reconocimiento para la corporación los llena de satisfacción.

En ese mismo mes, acudieron en apoyo a Chapantongo, Hidalgo, donde recuperaron los cuerpos de personas ahogadas en un cuerpo de agua. En su publicación recibieron el reconocimiento de las autoridades de ese municipio hidalguense por el apoyo que brindaron para recuperar los cuerpos.

Ese tipo de reconocimientos llena de orgullo y satisfacción por el deber cumplido, dice el capitán Alejandro Bravo. Para eso están, agrega, para servir a la sociedad, en donde se necesite.

Cuando acuden a estos servicios las mismas autoridades municipales de las localidades los apoyan con algunos gastos, como hospedaje y combustible para las unidades, como una forma de reconocer su trabajo y esfuerzo.

Gregorio, en tanto, dice que durante los últimos meses han recibido el apoyo de la ciudadanía marquesina de distintas maneras. Recuerda el gesto de vecinos de la estación, quienes el 24 y el 31 de diciembre acudieron hasta sus instalaciones para dar de cenar a los elementos que permanecían de guardia durante las fiestas de fin de año.

Añade que el apoyo también lo han notado durante los boteos que han organizado. La gente da lo que puede. Incluso, algunos camioneros, al no poder dar apoyo económico les llegan a dar algunos litros de combustible para las unidades que, cabe señalar, no han tenido el mantenimiento adecuado por la falta de recursos.

“El mantenimiento a las unidades ha sido precario, pues si no se tiene dinero para pagar la luz, menos para pagar los servicios de las unidades. Además, tenemos dos unidades embargadas por parte del Seguro Social”, indica otro bombero que prefiere el anonimato.

Gregorio resalta que “cada uno de los servicios que damos nos deja un buen sabor de boca. Nos deja una mala experiencia y un mal sabor de boca, cuando no podemos intervenir. Nuestra sociedad requiere a los bomberos. Nosotros estamos sólo para dar nuestro apoyo. Nosotros vivimos para nuestra sociedad, no de la sociedad. Mientras tanto, tenemos que buscar la forma de llevarlo a cabo”.

Google News

TEMAS RELACIONADOS