Andrea, originaria de Lima, Perú, llegó a Querétaro en noviembre de 2020, la razón: se enamoró de una queretana y después de algunos meses de platicar por redes sociales y hacer videollamadas, decidió comprar el boleto de avión y emprender la aventura en tierras mexicanas.

Andrea está segura que su historia es poco común y con una sonrisa en la cara está consciente que fue muy arriesgada su decisión, pero hasta el día de hoy no se arrepiente.

“A diferencia de otros peruanos y de otros extranjeros, me vine aquí por amor, conocí a una niña por Facebook y dije ‘¿por qué no?’, tomé todos los ahorros de mi vida, me compré un vuelo apenas abrieron la frontera de mi país y me vine para acá y ya llevo un año siete meses”, expresó.

Andrea y Flor, un amor que nació en Facebook y que unió a Querétaro con Perú
Andrea y Flor, un amor que nació en Facebook y que unió a Querétaro con Perú

Ella está encantada con México, con Querétaro, porque nunca imaginó que le fuera a gustar tanto la comida, la gente los lugares, se podría decir que además del amor por Flor, su pareja, y su familia, este país ha logrado ganarse un hueco en su corazón.

Reconoció que la relación a distancia duro únicamente ocho meses, y aunque refiere que para muchos puede ser poco tiempo, Andrea hubiera querido llegar antes, pero debido a la contingencia sanitaria por Covid-19,  las fronteras de su país estaban cerradas tanto para salir como para entrar.

“Tuve que esperar a que se arreglara todo ese trámite para yo poder salir de ahí, por eso fue hasta noviembre de 2020”, destacó la sudamericana.

Después de tantos meses a distancia, y un día más de viaje, el primer encuentro que tuvieron en persona fue “mágico”, con flores y chocolate.

“Fue super bonito, [se dio] en la terminal de buses de Querétaro, porque mi vuelo llegó a la Ciudad de México y de ahí tuve que tomar un bus para acá y se tardó más de lo debido, viajé toda la mañana, desde las siete de la mañana y llegué aquí a las 11 de la noche, todo fue muy romántico, lindo, las rosas, chocolates y todo”, describió sonriendo.

Andrea y Flor, un amor que nació en Facebook y que unió a Querétaro con Perú
Andrea y Flor, un amor que nació en Facebook y que unió a Querétaro con Perú

Todo fue bien, al grado de que se casaron en Ciudad de México; llevan un año bajo la unión civil, y refiere que fue un momento íntimo entre ellas dos, porque no hubo más invitados.

“[La unión civil] fue en la Ciudad de México, porque en Querétaro en ese entonces todavía no era legal, fue un momento muy íntimo entre las dos porque no hubo fiesta o invitados, pero sí fue muy bonito, un recuerdo que llevo siempre”.

Su mamá la acompañó la primera vez que vino, para confirmar que Flor sí era quien decía ser, sobre todo porque en Perú se escucha mucho el narcotráfico que presuntamente hay en todo el país.

“En algunos países de Latinoamérica que tiene el estereotipo que  México [es tierra de] los narcos, tenía ese miedo mi mamá y por eso cuando vine la primera vez aquí, ella vino conmigo, porque quería saber quién era Flor”.

Su madre venía por 15 días, pero su estadía se prolongó mes y medio porque se contagió de Covid-19, pero de forma asintomática, y para ingresar de nuevo a Perú tenía que presentar una prueba PCR negativa.

Una vez estando en Perú, a su mamá se le ocurrió abrir un restaurante peruano en Querétaro, por lo que llegó seis meses después a radicar a Santa Rosa Jáuregui, donde pusieron la primera sucursal de este negocio.

“Aquí [Santa Rosa Jáuregui] era el restaurante que abrió mi mamá de comida peruana, pero como está muy alejado, decidieron abrir otro en el centro de Querétaro, es ahí donde deciden hacer otra sede”.

Andrea y Flor, un amor que nació en Facebook y que unió a Querétaro con Perú
Andrea y Flor, un amor que nació en Facebook y que unió a Querétaro con Perú

Es así como el  local  ubicado en la calle 5 de mayo de Santa Rosa Jáuregui es administrado por Andrea y Flor, aunque ahí no ofrecen comida peruana, fue adaptado a platillos que ellas pudieran preparar, como hamburguesas, papas a la francesa y hot dogs, entre otros.

Ahora, en el centro, en Ignacio Pérez casi esquina Madero, está el restaurante de su mamá, al cual han  nombrado Machu Pollo y  ahí sí  preparan comida peruana, porque está a cargo de su mamá.

Poco a poco ha ido llegando la familia de Andrea; primero fue la mamá en compañía de su hermana menor, después llegó el padre y hace poco el abuelo y  todos atienden el restaurante, que se ha convertido en un punto de reunión para la comunidad peruana.

Ahí ofrecen diversos platillos originarios de la cultura inca, el más popular es pollo a las brasas, además de algunos adaptados para  clientes mexicanos.

“Nos gustaría regresar a Perú, pero a visitar nada más, a pasear,  a turistear, pero quedarnos no, porque ya tenemos prácticamente una vida hecha aquí, en Querétaro”, afirmó.

Aunque si  existiera la posibilidad de mudarse a Ciudad de México, no lo descartarían, ya que  “nadie sabe lo que pueda pasar en el futuro”.

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