Las vallas instaladas en Plaza de Armas para evitar que las personas se reúnan en sus jardineras durante la emergencia sanitaria sirven para que la organización #AbreMiEscuela coloque sus cartulinas y mantas en las que pide el regreso a clases presenciales, con las debidas medidas sanitarias y con una planificación que evite el aumento de casos de Covid-19.

En las vallas hay mantas instaladas por los comerciantes indígenas, que llevan semanas con esta protesta. A un costado, los integrantes de #AbreMiEscuela, en su mayoría mujeres, colocan las cartulinas en color verde “pizarrón” que un grupo de niños elaboró, con mensajes como “Extraño mi escuela”, “Presencial es esencial”, además del de “Queremos un lugar digno para vender”, hecho por artesanas indígenas.

Los menores se colocan en el piso, se sienten o arrodillan en el mismo y ahí escriben sus mensajes, que luego, con ayuda de los adultos “tienden” en las vallas.

Hay pocos queretanos en las calles del primer cuadro de la ciudad. En Plaza de Armas la mayor concentración de personas es la que realizan los simpatizantes de esta organización, la cual pugna por el regreso a clases presenciales.

Algunos ciudadanos, atraídos por la curiosidad, se acercan. En pocos minutos se retiran, mientras niños y adultos continúan con sus dinámicas. También se reciben libros y libretas donados.

Los simpatizantes aprovechan para tomar fotos de las vallas. Algunos se toman la selfie que “colgarán” en sus redes sociales para difundir más el mensaje de regresar a clases presenciales.

María Fernanda Lizama, vocera de #AbreMiEscuela en Querétaro, señala que la petición no es abrir las escuelas (aunque esto suena paradójico), sino abrir el diálogo para empezar a planear cómo van a regresar los niños a las aulas.

“Eso es algo que tenemos claro. No queremos que se abran las escuelas como tal. Queremos que estén listas, las comunidades escolares estén listas, regresen, que vayan regresando de forma paulatina.

“Vemos muchos efectos en los niños, en el aprendizaje, socialización y en la salud emocional. Estamos velando por la integridad de ellos. Tenemos que recordar que México es el [país] número uno en abuso sexual infantil, y que una de cada cuatro niñas, antes de que cumplan 18 años, es violentada sexualmente”, indica.

Apunta que seguramente la realidad que viven otros niños serán diferentes, pero que se tiene que ver a los menores de edad vulnerables que no tienen computadora o televisión y que sus padres tienen que salir a trabajar todo el día.

Destaca que 80% de la población ya retoma sus actividades de manera habitual y que ya regresaron a trabajar.

De alguna manera, agrega, los niños ya están expuestos al Covid-19, por lo que, afirma, lo que se debe hacer es aprender a vivir con el virus, evitando en lo posible los riesgos, y regresar a la escuela no implica un riesgo adicional.

“Muchos estudios en diferentes partes del mundo lo dicen [que no hay riesgos adicionales]. En México ya se han hecho estas pruebas y se ha visto que de manera exitosa la gente no se ha contagiado en las escuelas”, abunda.

Sin embargo, reconoce que en Francia, en Alemania y Estados Unidos ha pasado que tras el regreso a clases hubo rebrotes de Covid-19.

Son brotes que han ocurrido en la comunidad, pero que pueden afectar a las escuelas, “son pequeños que se tienen que controlar y que, es una realidad, también van a pasar aquí. No podemos pensar que el día que estemos en semáforo verde, no habrá casos. El Covid llegó para quedarse. Lo que tenemos que aprender es a cómo manejarlo”, destaca.

Detrás de la vocera, los niños siguen haciendo sus cartulinas y haciendo algunos dibujos bajo la mirada y el consejo de sus padres, quienes aprovechan la ocasión para platicar con sus conocidos que se encuentran en Plaza de Armas.

Señala que junto con las autoridades deben pensar en la forma en la cual deben de regresar a clases, a pesar de la oposición de muchos sectores de la sociedad que piden continuar con las clases a distancia, para evitar la propagación del virus.

“Muchos no van a coincidir con nosotros, y no estamos esperando a que todos coincidan con nosotros, porque querer que todos regresen al mismo tiempo sería una locura, pero los que sí queremos y estamos dispuestos a afrontar este riesgo tengamos esa posibilidad”, precisa.

Destaca que algo que sí debe de pasar en este potencial regreso a clases presencial es que debe de ser por medio de “burbujas”, donde no todos los niños regresen al mismo tiempo, sino que se debe dividir el grupo. Así, una semana acude la mitad de un grupo y a la siguiente semana la otra.

Son salones más pequeños, con grupos compactos y con medidas extremas de sanidad. “La educación, como el mundo, cambió”, acota.

“Ningún papá quiere hacer algo en contra de la salud de sus hijos.

“Tenemos diferentes posturas, diferentes creencias y diferente información. Es cosa de todos analizar y evaluar toda la información que sale más reciente”, puntualiza.

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