Margarita Jibaja Osorio originaria de la capital de Ecuador, Quito, vivió en su país un terremoto que lo sacudió; desde temprano apoya labores de acopio en la estación de bomberos del municipio de Querétaro.

Parada en la entrada a la estación, cuando llegaban personas con víveres, Margarita de inmediato gritaba hacia el interior "Cadena" a lo cual los chicos voluntarios corrían y se formaban para recibir las donaciones.

Para cubrirse del sol, Margarita portaba una gorra amarilla con la palabra ECUADOR al frente. Portando unos aretes con la bandera de México expresa sentirse hermana mexicana y de todo el planeta ante desgracias de este tipo.

Vía grupos de Whatsapp de amigos queretanos y extranjeros, se enteró que se requería ayuda en la estación de bomberos y no lo pensó dos veces para llegar y empezar a ayudar en la recolección de alimentos, medicinas y utensilios.

“Me siento más que comprometida, soy oriunda de Quito, Ecuador, me tocó ayudar en la desgracia que tuvimos en el terremoto de varias zonas afectadas principalmente en la costa ecuatoriana y hoy en menos de un mes hemos tenido dos terremotos fuertes en México mi segunda patria como lo digo, casa de mis hijos, no me queda más que retribuir esa ayuda, como todos, no soy ni ecuatoriana ni mexicana, soy de un mismo planeta y me debo a este mundo para ayudar, en una fraternidad, hermandad, cooperarnos cuando la gente más lo necesita”, dijo.

Rodeada de estudiantes, Margarita era la primera persona que tenía contacto con quienes acudían con víveres. Sin que alguien le asignara un papel, coordinaba a los jóvenes de la entrada, para cargar las bolsas con alimentos, las medicinas y los galones de agua que llegaban a cuentagotas ante el sol y el tráfico en hora pico.

Al momento en que ocurrió el sismo, Margarita se encontraba en su casa y recibió la llamada de su esposo quien trabaja en el corporativo Santander; ante esta emergencia, se les había evacuado. De inmediato llamó a la escuela de sus hijas para verificar que todo estuviera bien.

No obstante, al tener algunos familiares radicando en la Ciudad de México, la preocupación incrementó. Precisamente a la hermana de Margarita le tocó el momento del sismo en periférico cuando conducía. Supo que estaban bien; sin embargo, la preocupación fue latente ya que al momento del sismo hubo incertidumbre.

“A mi hermana le había agarrado manejando abajo de Periférico, su edificio se cuarteó, el de mi suegra que vive en el centro también, muchas desgracias, pero las que son materiales se compensan, la vida no, para mí el 15 de septiembre el oír el Cielito Lindo, se me enchina la piel, me debo mucho a este país y soy una mexicana más, soy ecuatoriana de corazón” comentó.

El optimismo y la buena vibra, son las mejores motivaciones para apoyar en esta labor, dice Margarita. Desde su perspectiva, ha habido mucha participación de los jóvenes y de todas las personas en general. Eso la contagia y la enorgullece, ya que para ella ayudar sin recibir nada a cambio, la motiva a sentirse muy mexicana, a pesar de ser de otra nacionalidad.

“Veo un apoyo increíble, fabuloso me enorgullezco de ser nacionalizada mexicana, ese apoyo y ese ayudar por ayudar, la verdad es que es excelente, frases positivas, siempre optimismo, siempre en qué puedo ayudar, vamos hacer una cadena, eso es lo que ahora necesitamos, gente con buena vibra, con energía, que se sienta y que yo creo mucho en dios y la virgen, sé que debajo de esos escombros hay todavía gente y que los rescatistas lo van a sacar adelante”.

La labor continúa, dos camiones de carga acudieron con cajas de cartón sin armar, listas para los voluntarios. De inmediato Margarita acude al frente, se forma la cadena para trasladarlas y colocar los víveres al destino donde se requiera.

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