La renuncia de Mara Gómez a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), que se quedaría sin titular por segunda vez en este sexenio, es el reflejo de la falta de voluntad del gobierno para proteger los derechos humanos, señalaron los activistas Javier Sicilia y Julián LeBarón.

Quienes con sus marchas contra la violencia en 2011 influyeron en la creación de Províctima —antecesora de la CEAV— lamentaron que no ha habido un proyecto transexenal para fortalecer la dependencia.

Javier Sicilia, promotor del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, consideró que con la renuncia se podría desmantelar la CEAV.

“La renuncia de Mara Gómez refleja la falta de voluntad del Presidente para hacer una política de justicia en un sentido amplio, transicional. Esa falta la tuvo Felipe Calderón; después Enrique Peña Nieto hizo posible la CEAV, pero no le importó trabajar en una política profunda y correcta, y ahora Andrés Manuel López Obrador está en una peor tesitura, casi la quiere desmantelar”, criticó.

El activista calificó a las comisiones Ejecutiva y la Nacional de Búsqueda como un tanque de oxígeno para las víctimas del país, por lo que deberían ser una prioridad.

“La CEAV se ha reducido a una institución casi asistencialista con las víctimas, no una estructura que busque una justicia integral. La tienen abandonada”, opinó.

En tanto, Julián LeBarón consideró que una institución como la comisión ejecutiva no será suficiente para atender a todas las víctimas.

“No creo que sea posible atenderlos a todos (...) porque las instituciones no han podido ni detener la violencia (...) Las decisiones son temporales, las personas son electas por seis años y proyectos de largo plazo ni siquiera los pueden planear. Vamos de fracaso en fracaso.

“Me quedo pasmado frente a la cantidad de víctimas y dolor que hay en el país. No creo que una institución burocrática pueda realmente ser efectiva en atender ese dolor; yo creo que para eso necesitamos de la unidad, pero la política nos divide”.

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