El clero se ha convertido en un sector amenazado por la violencia, en lo que va del sexenio 19 ministros de culto han sido asesinados, afirmó Omar Sotelo, director del Centro Católico Multimedial.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el presbítero destacó que la violencia y la tortura son características recurrentes en los casos de sacerdotes asesinados, incluso, previo a su muerte habían sido amenazados por grupos del crimen organizado. Durante este sexenio se han presentado más crímenes contra ministros de culto de los registrados, puesto que se rebasaron los 17 homicidios que se registraron en el sexenio pasado.

El Centro Católico Multimedial (CCM) presentará hoy el libro Tragedia y Crisol del Sacerdocio en México, el cual recopila la investigación del organismo católico sobre la violencia contra sacerdotes. Desde 1990 se han registrado 25 homicidios contra miembros de la Iglesia, de los cuales 17 corresponden a sacerdotes, tres de religiosos y cinco de laicos. Resaltó que en la mayoría de estos casos hay pocos avances en las investigaciones para conocer el móvil de las agresiones.

En los 26 años de realizar el seguimiento de estos delitos, el CCM ha encontrado que el perfil de los sacerdotes asesinados es muy cercano a sus comunidades y a los problemas que enfrentan.

“La violencia con la que fueron asesinados nos deja ver que hay algo detrás de estos crímenes, que algún sector no está conforme con su ministerio. Muchos sacerdotes trabajan y viven cerca de las comunidades, algunos conocen a sus feligreses, los problemas que tienen puede ser que su servicio pastoral haya incomodado a alguien”.

La Ciudad de México, Guerrero, Veracruz, Chihuahua y Michoacán son considerados los estados más peligrosos para los sacerdotes, puesto que concentran el mayor número de asesinatos. Subrayó que prevalece la impunidad en gran parte de los casos, puesto que se les da carpetazo sin conocer a los responsables del crimen.

“Es un sector amenazado, este gran número de asesinatos en este año, el pasado fueron cuatro sacerdotes asesinados, dos atentados, uno en la sede de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y el otro en la Catedral, donde se dio un hecho de sangre. Hay también un aumento de las extorsiones, de amenaza de muerte, es un sector amenazado, como lo son los periodistas, los empresarios y muchos sectores en la sociedad”, enfatizó.

Omar Sotelo destacó que la investigación es una demanda a las autoridades para disminuir la violencia que prevalece en nuestro país, la cual no sólo ha afectado al clero, sino a toda la población. “Lo cual refleja la descomposición social, pero también la ineficacia de las autoridades a nivel federal, estatal y municipal, algunas de las autoridades se han corrompido, han dejado de ser lo suficientemente eficientes para otorgar la seguridad a la población”.

De cara a las elecciones de julio, el presbítero pidió a los actores políticos no tomar la seguridad como “bandera política”, puesto que se trata de una responsabilidad de todos los gobernantes.

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