Sabían que tendrían el privilegio de verlo, pero no soñaban con un encuentro tan cercano. Y todo, gracias a una carta que los Ávila Munita enviaron a la comisión organizadora de la visita apostólica de Francisco, compartiendo su historia de vida y los años de lucha para sacar adelante a su hijo Rodrigo, de seis años, quien nació con hidrocefalia y parálisis cerebral. Su compleja situación incluso lo tuvo hospitalizado un año completo, y varias veces al borde de la muerte.

En la Alameda Bernardo O'Higgins y en Vicuña Mackenna, en tanto, hubo manifestaciones pacíficas de opositores al obispo Juan Barros y de detractores del Santo Padre.

"Se dieron el tiempo de leer nuestro testimonio", relata, emocionado, Pablo, el padre de la familia oriunda de San Felipe y, además, voluntario papal. Fue producto de esa carta que los organizadores lo invitaron junto a su esposa Estefanía, Rodrigo y su hija Beatriz, de nueve años, a recibir al Papa en las afueras de la Nunciatura Apostólica.

"Sabíamos que él rompía el protocolo, pero nunca nos imaginamos que iba a tomarse un instante para tomar el rostro de Rodrigo, para bendecirlo, para tomar mis manos", comenta Estefanía.

Beatriz también recibió la bendición del Pontífice. "Se puso a llorar, estaba muy emocionada. Va a un colegio católico, así es que rezar es parte de ella", cuenta su madre. "Dijo que me bendecía. Para mí eso es suficiente, llegué a mi límite de amor", añade la niña.

La jornada en calle Monseñor Sótero Sanz, en Providencia, comenzó mucho antes. Unos 50 alumnos de los colegios Villa María Academy yVerbo Divino animaron la espera con canciones, algunas populares como "Cambia, todo cambia", de Mercedes Sosa, y otras asociadas a la visita, como el himno oficial y el tema "Francisco, amigo".

Camila Fones, ex alumna del Villa María y monitora del coro, relató que la ansiedad y el nerviosismo de las niñas crecieron conforme se acercaba la llegada del Papa, y que al verlo, "no lo podían creer, se notaba en cómo cantaban. Se concentraron en alegrar la bienvenida al Papa y eso fue lo que queríamos lograr, que pusieran su corazón en el canto".

"NI ZURDOS NI TONTOS"
Un ambiente similar se vivía a la misma hora en el centro de Santiago. A las cuatro de la tarde llegó la primera persona a esperar al Papa en la esquina de avenida Brasil con Alameda, justo donde se planeaba que abordara el papamóvil. Casi al mismo tiempo lo hicieron vendedores ambulantes que ofrecían pañuelos, poleras, llaveros y cintillos alusivos.

La llegada de los fieles fue lenta, pero a eso de las siete de la tarde las calzadas de la Alameda lucían casi llenas. Cuando arribó el papamóvil, a las 19:45, sobre un camión de Carabineros, la gente repletaba el sector y los gritos y cantos de los voluntarios trataban de animar a la gente que esperaba desde hacía más de tres horas.

Aunque el vehículo papal sí fue estacionado en la Alameda, lo hizo más de 40 metros al oriente de la intersección con avenida Brasil, por lo que gran parte de los peregrinos solo pudo ver a Francisco cuando este pasaba dentro del automóvil cerrado que lo trasladó desde Pudahuel.

Paulina Alvarado, directora de pastoral del Colegio Sagrados Corazones de Alameda, por ejemplo, aguardaba con un grupo de casi 100 personas, entre niños y apoderados, desde las 16:00 horas. "Nosotros esperábamos que parara y saludara. Quedamos con gusto a poco, pero mañana (hoy) vamos a la misa en el Parque O'Higgins", explicó. Finalmente, el Pontífice se cambió al papamóvil en menos de 40 segundos y solo saludó a la distancia a los miles de fieles presentes.

Desde temprano, también se reunió en el lugar un grupo de 35 miembros de la Organización de Laicos y Laicas de Osorno, que con lienzos y pancartas que decían "Ni zurdos ni tontos; Osorno sufre" se manifestaron en contra de obispo Juan Barros. "Teníamos todos los permisos y se nos intentó sacar. Intentaron ocultarnos, tanto así que el Papa se iba a subir en la esquina y lo desplazaron para que esta realidad, que es incómoda, sea invisibilizada", aseguro el vocero de la organización, Juan Carlos Claret.

El grupo vio a Francisco cuando este aún viajaba dentro del auto cerrado. Entonces, levantaron sus carteles y se mantuvieron en completo silencio.

EN PLAZA BAQUEDANO
"!Esta es la juventud del Papa¡", arengaba un voluntario de la organización a los miles de personas que se apostaron en Plaza Baquedano para ver a Francisco.

Si bien el Pontífice no se detuvo en ningún momento, desde el papamóvil saludó y encantó a quienes lo esperaban. La comitiva pasó 10 minutos antes de lo planeado, a eso de las 20:30 horas, por lo que la luz natural favoreció a los espectadores.

Además de los voluntarios, equipados con gorras, mochilas y petos, una gran cantidad de curiosos se aglomeró en Plaza Baquedano, al igual que extranjeros. Personas de México, Brasil, Alemania o Estados Unidos eran fácilmente reconocibles.

Uno de los pocos incidentes de la jornada había ocurrido dos horas antes, en la intersección de Vicuña Mackenna con Arturo Buhrle, donde integrantes del Frente de Trabajadoras por el Socialismo, caracterizadas como religiosas, entonaron cánticos en contra del Papa y a favor del aborto. Felipe Morales, parte del movimiento, anunció que hoy realizarían una nueva actividad.

Mientras la comitiva avanzaba por la Alameda, el Movilh también protestó contra la visita.

Francisco bendice a Beatriz Avilés Munita, de nueve años, y a su hermano Rodrigo, de seis, quien nació con hidrocefalia y parálisis cerebral. Conmovidos, los observan sus padres Pablo y Estefanía. "Se puso a llorar, estaba muy emocionada", recuerda Estefanía sobre la reacción de su hija.

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