En México, 95.5% de las viviendas no cuentan con un seguro de hogar por elección propia, informó la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).

Por otro lado, la misma AMIS indica que al menos 41% del territorio nacional y 31% de la población están expuestos a desastres patrimoniales como huracanes, tormentas, terremotos y erupciones volcánicas.

“Asegurar nuestra vivienda aún se ve como algo poco viable, a pesar de que hemos sido testigos de tragedias relacionadas con fenómeno naturales.

“¿Te has puesto a reflexionar si aún vives en una zona de riesgo o determinada área geográfica que es peligrosa?”, señala Sebastián Medrano, director de Coru.com.

“Con los seguros de hogar, por lo general tienes la opción de proteger no sólo la estructura física de la vivienda, sino también los bienes muebles y objetos de valor dentro de la casa; el precio estará en función de la zona donde vives, si es propensa a riesgos naturales, así como el índice delictivo de la ciudad o colonia”, añade.

Pensar que “esto no puede pasarme a mí” es uno de los pretextos más comunes para no contratar un seguro patrimonial, no obstante, la mayoría de las personas desconocen lo barato y beneficioso que puede resultar: equiparable al monto de asegurar un vehículo con la opción de aprovechar beneficios adicionales asociados.

El monto de la prima influye en el tamaño de la vivienda, contenido o suma que se quiera asegurar, ubicación, entre otros.

Vivir en una zona sísmica o vulnerable a erupciones volcánicas y huracanes eleva el precio.

Otro punto importante es el índice delictivo de la zona. No obstante, según la Condusef, en un ejercicio estándar para un inmueble de un millón de pesos y contenidos de medio millón, de 180 metros de construcción, la prima anual puede ir desde 2 mil pesos, según el paquete contratado.

El seguro contra desastres naturales se hacen cargo de los gastos y daños ocasionados por terremotos, erupciones volcánicas, huracanes, inundaciones, etc. Dentro de esta cobertura existen dos modalidades. La básica sólo cubre la construcción; mientras que la completa incluye el contenido del inmueble que se hace cargo de los muebles, electrodomésticos, ropa, joyería y piezas de arte, entre otros. Redacción

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