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Martín Lara Becerril, vicario general de la Diócesis de Querétaro, llamó a los feligreses a ser respetuosos de los protocolos establecidos contra el Covid-19, y subrayó que en el escenario A no se contemplan celebraciones masivas ni peregrinaciones.
Remarcó que no habrá eventos masivos el 3 de mayo, Día de la Santa Cruz, y llamó a que también se lleven con total respeto los protocolos el Día del Niño y el Día de la Madre.
El escenario cambió, pero la Diócesis mantendrá todas las medidas de protección y obligará a que se cumplan. En el escenario C se permitía una ocupación máxima de 25% en los recintos religiosos, desde que inició el escenario A, el máximo que se ha registrado es de 35% y la autorizada es de 50%, misma que se respetará.
“El aforo a las celebraciones (eucarísticas) es de 50%, pero aún no damos el paso a una celebración de fiestas patronales masivas, con peregrinaciones, con procesiones que representen algún riesgo sanitario”.
El tapete sanitizante, uso del gel y medir la temperatura son algunas de las medidas que, junto con la sana distancia, deberán mantenerse. Remarcó que sólo se permite retirarse el cubrebocas para comulgar y sólo son unos cuantos segundos. Únicamente al respetar todos los lineamientos será posible que Querétaro disminuya sus casos de contagio y, por tanto, aligere sus protocolos de protección. “La invitación a los fieles es que tengamos mucha paciencia; con el favor de Dios esperamos que el cambio de escenario sea paulatino y que nos lleve hasta un escenario completamente libre de la pandemia, que estemos en un semáforo verde”, dijo.
Indicó que la Diócesis sigue permitiendo que la asistencia a misa dominical sea virtual.
Se esperan debates de calidad
Dijo confiar que se quedó en el pasado la guerra sucia, de tal forma que espera que el primer debate entre quienes contienden por el gobierno del estado se caracterizará por que los 10 candidatos presentarán propuestas claras y viables, todas encaminadas a generar un Querétaro de bienestar.
Es importante conocer las propuestas, pues al elegir a una persona para que dirija el estado se le da poder para decidir sobre muchos elementos de la vida pública.
