Vecinos de la comunidad de Tlacote el Alto, perteneciente al municipio de Querétaro se quejan que desde hace cinco meses no cuentan con el servicio de agua potable. Aseguran vivir una pesadilla debido a que han comenzado a sufrir las consecuencias de la falta del vital líquido, al grado que los niños y los adultos mayores ya presentan algunos problemas de salud.

Baltazar Jorge Rico Suárez, ex subdelegado de esta comunidad, que cuenta con aproximadamente mil 500 habitantes, compartió con EL UNIVERSAL Querétaro diversos documentos que prueban que han acudido a diversas dependencias estatales, como la Comisión Estatal de Aguas (CEA) y el municipio de Querétaro, sin embargo, afirma que hasta el momento no se les ha hecho caso alguno.

“Hemos metido varios escritos, me han recibido varios licenciados, hemos estado acudiendo pero no ha habido un eco. Yo lo que les digo, ‘miren señores, dígannos la verdad si pueden o no pueden’, ya van cinco meses y es insoportable esto”.

Expuso que durante estos meses, la CEA les ha brindado agua potable a través de pipas, las cuales abastecen todos los días, sin embargo, sólo reparten una vez a la semana a cada familia.

“Pasan de lunes a viernes, pero sólo nos reparten una vez por semana porque agarran por zonas, por ejemplo, a mí me toca el viernes. La orden que tienen ellos es que nos dejen dos tambos, a veces se portan buena onda y nos dejan tres, pero eso no alcanza. La verdad es muy difícil esto, ya hasta nos estamos enfermando del estómago porque la higiene no es igual; dos tambos no son suficientes para todo el servicio que debemos hacer de trastes, ropa, aseo personal, comida”, explica Georgina Suárez, vecina de la comunidad.

Mientras tanto, Esther Rodríguez Olvera, quien se dice líder y promotora de Tlacote el Alto, menciona que el gobierno estatal y municipal tiene en el olvido a esta comunidad, ya que les han expresado el problema en varias ocasiones, sin embargo, no les han dado solución alguna.

Doña Esther reitera que dicho problema nació cuando la hacienda que está ubicada en la entrada de la comunidad y donde se encuentra el pozo que los abastecía de agua potable, pasó a ser propiedad privada. Añade, que el nuevo dueño, del que dicen los vecinos, no conocen ni su nombre ni a qué se dedica, negó el acceso a la CEA para darle mantenimiento a la infraestructura que tenían dentro de la Hacienda.

Refiere que hace años “los pobladores de Tlacote el Alto construyeron el pozo en la hacienda” que fungía como centro social, donde se impartían cursos y capacitaciones a los pobladores. “Luego se vendió, el patrón compró la hacienda y dijo, me quedo con su pozo. Después nos dimos cuenta que el patrón le impidió el paso a la CEA”.

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