Apenas iniciado el sábado 25 de enero de este año, cuando el reloj marcaba las 12:30 de la noche, la vida de tres familias queretanas cambiaria para siempre. Ricardo Moreno, Enrique Hernández y Luis Eduardo Moran, acababan de asistir a un partido de futbol, por lo que en compañía de dos amigos más, abordaron un taxi que los llevaría hasta sus hogares, sin embargo, para dos de ellos, sería la última vez que convivirían con sus amigos.

Fue a la altura del el Pueblito, en la transitada avenida Paseo Constituyentes, donde Mauricio Puente Chapa hasta en ese entonces director Jurídico del INDEREQ, acabaría con la vida de dos jóvenes que tenían toda una historia por delante, pues tras impactar a toda velocidad su automóvil contra la parte trasera del taxi donde viajaban el grupo de amigos y deportistas, provocó el deceso inmediatamente de un par de ellos y dejo en estado de coma a Luis Eduardo Moran de apenas 15 años de edad.

Es así, que desde ese día la vida principalmente de la mamá de este joven, se ha tornado todo un martirio, pues el despertar a diario y observar a su pequeño hijo lleno de aparatos que le ayuda a sobrevivir, le hace solo esperar un milagro.

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