A Gael García Bernal no le gustan las películas de miedo pero cuenta que, cada que iba a casa de su amigo Diego Luna, le gustaba espantar a quienes visitaban Coyoacán. El Charolastra ríe un poco recordando su niñez. El actor se encuentra en la habitación de un hotel en esta ciudad, promocionando Coco, largometraje animado de Disney-Pixar, donde da voz a un esqueleto.

La historia se estrena el próximo viernes, poco antes del Día de Muertos, fecha en la que se desarrolla el guión. “Diego vivía en la calle del Aguacate (donde existe la leyenda de que un militar asesinó a un niño colgándolo de un árbol) y hacíamos eso (espantar), pero él lo perfeccionó porque estaba ahí todos los días (risas). Era a lo que la gente iba ahí, para que la asustaran. Y mira que no me gustan los sustos, no veo películas de terror porque me asustan, me la paso mal”, indica bromista.

Cada 1 y 2 de noviembre, detalla el actor de Y tu mamá también y Mozart in the jungle, monta junto con su hijo un altar en honor de los fieles difuntos. “Me encanta hacerlo, surgen reflexiones interesantes, padres, conmovedoras, hay algo ahí muy bonito de acordarse de tu patrimonio, de los momentos que viviste con alguien; se trata de compartir las historias que te contaron de alguien que no conociste y te hace sentir más vivo, porque al final hablar de la muerte es hablar de la vida”, considera.

Maestro.

El 2018 será un año ocupado para el histrión en cuanto a promoción, pues estrenará las series Aquí en la tierra y nueva temporada de Mozart in the jungle, así como el filme The kindergarten teacher, al lado de Mggie Gyllenhaal.

“Soy un profesor de poesía, estuvo buena, pero es una participación muy chiquitita en esta película de amigos; el próximo año viene cargado, hay un proyecto en ciernes del cual aún no puedo decir algo y también Museo, la película”, indica.

Sobre el año electoral que México tendrá no desea hablar, pues es demasiado. Pero sí de política.

“Es un momento muy particular en el que estamos llegando a preguntarnos cosas y armar conceptos que antes no podíamos, todo a raíz del temblor, a raíz de esta sensacion de hermadad y fraternidad o al menos el trato amable que existía con EU y que ellos direcamente ya no quieren saber nada. Eso ha liberado que podamos elaborar otras propuestas, otros discursos, otra forma de ver”.

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