Marsella, Francia

En el puerto viejo de Marsella, en Francia, la crisis postconfinamiento causada por el Covid-19 deja ver en sus calles la desigualdad social y gran mezclas de credos y colores raciales que poco a poco se apoderan de los puntos más turísticos y que alimentan la identidad multicultural de esta ciudad francesa.

Caminar por Marsella es una mezcla de aromas, ritmos, sabores y colores. Aún predomina la lengua francesa con un acento muy peculiar y le sigue el idioma árabe como el segundo idioma más importante. El gran puerto de Marsella es uno de los más importantes del sur de Europa y dado su imparable tráfico, posee unas modernas instalaciones.

Tierra de “todos”. Marsella: rostros postcuarentena
Tierra de “todos”. Marsella: rostros postcuarentena

Marsella es la segunda ciudad más grande de Francia. Nació hace más de 2 mil 600 años; los navegantes griegos fueron los primeros en pisar el puerto y ante esto comenzaron a llegar nuevas mezclas que con el paso de los siglos desembarcaron en ciudades del sur del Mediterráneo.

En la actualidad, Marsella es la ciudad más cosmopolita del país galo. Se puede observar en pocos minutos personas de distintos colores de piel y credos. Y desde hace décadas es el puerto de entrada a Francia para miles de migrantes llegados de África.

Con el desempleo y la migración postcrisis que deja el coronavirus, el puerto de Marsella se ha ido transformando. Para los residentes franceses la imagen se va deteriorando y los índices de delincuencia van en aumento. El miedo es que se van perdiendo sus formas de vida y tradiciones.

Ejemplo de ello es que numerosos grupos de mujeres africanas de manera ambulante han tomado parte del puerto de Marsella para ofrecer por 15 euros un radical cambio de estilo: las tradicionales trenzas de pelo afro llenas de colores y con estilos originales de peinado.

Las mujeres, principalmente migrantes y sin empleo, disponen de una silla y un cartón para anunciar sus servicios. Muchas de ellas llevan a sus hijos en la espalda y entre ellas mismas se ayudan para avanzar rápido con los clientes ante los turistas. Una economía flotante no declarada.

Tierra de “todos”. Marsella: rostros postcuarentena
Tierra de “todos”. Marsella: rostros postcuarentena

Los operativos de la policía para la vigilancia del uso de cubrebocas entre la ciudadanía están activos en toda Francia. Los agentes franceses en múltiples ocasiones se acercan para evitar aglomeraciones y así la propagación de un virus que sigue latente en el mundo y, de este modo, minimizarla “invasión” de una cultura que consume la identidad de una región.

Marsella es una lucha constante, militares hacen sus cotidianos rondines para evitar un posible atentado, siendo el Covid-19 un tema más que cuidar. Francia ha registrado hasta la fecha más de 200 mil casos positivos y más de 30 mil defunciones por el coronavirus. Los eventos seguirán prohibidos al menos hasta el 30 de octubre y ampliarán lo máximo posible el uso de las mascarillas en espacios abiertos.

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