Laredo. Con gran entusiasmo, emociones encontradas, pero con mucho ánimo a pesar de la tramitología para poder registrarse en la 10ª caravana migrante, más de mil familias se han apostado en el estacionamiento del Walmart de esta ciudad texana, desde donde partirán de regreso a casa.

A las afueras de este centro comercial se observan camionetas de todo tipo, desde las trocas más exóticas hasta vehículos más convencionales que emprenderán su viaje hacia el otro lado de la frontera.

El personal del SAT revisa minuciosamente cada uno de los vehículos y pone especial atención en aquellos que llevan carga en remolques. Por supuesto, las compras de última hora no pueden faltar, la tienda se ha llenado de compradores de víveres como agua, refrescos, botana y alimentos para tolerar el viaje de más de 14 horas a sus destinos. Tan sólo para Jalpan de Serra serán casi 16 horas.

Para algunos, el viaje incluye a las mascotas, como es el caso de la familia de Juan Hernandez, de Jalpan de Serra, que lleva a un pequeño canino. Sumado a la aventura está Eddy Gurdian, quien se dedica a la barbería y quien a su vez viaja con su esposa. Esta será la primera ocasión en que visiten tierras mexicanas. Viajarán en su Mustang hasta la cabecera municipal de Jalpan. Hernandez es plomero y esta será la séptima ocasión que se une a la caravana.

Otro decano de las caravanas es Manuel Sandoval, un jalisciense que desde la década de los años 70 del siglo anterior emigró a EU. Orgulloso presume, como trofeos, las estampas de las caravanas anteriores pegadas en su remolque.

Ya los esperan

Mientras tanto, en Jalpan las campanas del templo llaman a misa de siete. El pueblo está en calma previo a la llegada de los migrantes que en caravana llegarán la noche del jueves a esta localidad para pasar las fiestas de fin de año en su tierra.

Un grupo de jóvenes aprovecha para tomarse su foto de graduación en el jardín. Con sus togas negras esperan las órdenes del fotógrafa para posar para la imagen.

Los puestos de diferentes antojitos están dispersos por la pintoresca plaza. Los habitantes del lugar aprovechan la fresca noche de la sierra.

En el atrio del templo una lona y un templete ya están instalados para recibir a los migrantes. Los sacerdotes son quienes organizan, junto con las autoridades, los preparativos para recibir a quienes regresan a su tierra.

Jalpan, este jueves, estará de fiesta, cuando sus hijos pródigos regresen, hijos que han sostenido la economía de sus familias y, en parte, del municipio con su trabajo en el norte.

arq

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