México volvió a marcar distancia futbolística con Estados Unidos en una Copa Oro que al final, volvió a quedar en manos de su eterno favorito, de su principal activo. Gerardo Martino ha cumplido con la primera gran responsabilidad del cargo: la Selección Nacional es nuevamente campeona de la Concacaf tras vencer, 1-0, al acérrimo rival.

El apellido Dos Santos, ahora tan sonado por el fichaje de Giovani con el América, ha vuelto a ser clave en esta copa. Ahora fue Jonathan quien marcó el gol de un título más para el conjunto tricolor, que llegó a ocho en el formato que se juega desde la década de los 90 -y once en toda la historia-, para dejar a los estadounidenses con seis campeonatos.

Pero dejar el análisis a la figura de un solo hombre sería tan injusto para el colectivo que logró armar Martino con todo y las bajas que se le presentaron antes de esta competencia. Porque en el gol (minuto 73), México volvió a generar una buena jugada en conjunto que desde la derecha con Rodolfo Pizarro, dentro del área con Raúl Jiménez y el remate de Jonathan, fue de lo mejor en todo el torneo.

Llegar a levantar la copa no fue una tarea sencilla y no solamente por el partido de ayer. La Selección tuvo que superar a rivales y sus propios temores. México volvió a jugar conforme a lo que le presentó el rival, y al ser Estados Unidos de los más avanzados de la zona, el partido final de la Copa Oro fue tenso, pero con un nivel más elevado a lo que se había visto en todos los duelos previos.

El equipo que dirige Greg Berhalter apretó y propuso. Hizo que su figura Christian Pulisic ocupara la atención de la zaga y Edson Álvarez para dejarle espacios a Jozy Altidore, quien en la primera mitad tuvo para definir ante Guillermo Ochoa en una mala salida. Ahí se fue la gran oportunidad de los estadounidenses para llevar el juego a su forma.

México mejoró de los pies de Pizarro y la calma de Andrés Guardado. Se hizo del balón y hasta se puso de frente a la meta rival, aunque el panorama lucía más para llevar el partido hasta el extremo.

Pero entonces se iluminaron los tricolores. Jiménez, el delantero criticado por la falta de gol pero que participó en más jugadas de anotación que ningún otro, retuvo el esférico y sirvió a Dos Santos... México, de nueva cuenta campeón de la Concacaf que aunque ya no sé gane nada por este título, suma en tranquilidad al proyecto de Gerardo Martino, quién ha cumplido con la encomienda.

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