FORTALEZA, Brasil.— En la Arena Castelao, la cábala marca que la mayoría de las veces, la selección de Brasil gana. Partido que juega es partido que gana. México enfrentará aquí, el 17 de junio, uno de sus encuentros más difíciles de la primera ronda. Irá por la hazaña de vencer al anfitrión en casa.

El estadio está a punto. Sólo se realizan trabajos de mantenimiento en el área del césped. Los trabajadores colocan arena y riegan el gramado. Ya recibió la visita de los oficiales y representantes de FIFA.

En el área VIP, donde se encuentra el restaurante del estadio, se han dado cita personalidades del estado de Ceará, de la prefectura de Fortaleza y de la FIFA, para acordar los últimos detalles.

Sus graderíos, el próximo 17 de junio estarán repletos de torcedores. La mayoría serán verdeamarelhos, pero habrá también muchos tricolores. Las entradas para este partido son de las más codiciadas. Medio Brasil quiere estar aquí. Y muchos mexicanos también.

En estos pasillos, de concretar Miguel Herrera lo que trae en mente para convertirse en “la piedrota en el zapato para Brasil”, estallarán los gritos de los mexicanos, tocará el mariachi, y la tambora reventará el silencio sepulcral en que podría quedar este estadio, algo similar, pero no tan dramático, a lo ocurrido aquel Mundial del 50, en la derrota del “Maracanazo” a Brasil.

De no lograrlo, este estadio será ese día, la sede de la fiesta más grande de Brasil, pues la selección anfitriona ve a México con recelo y consideran éste, su partido más difícil en la primera ronda de la Copa del Mundo. Dicen que el Tri “es la piedrita en el zapato” cuando se trata de torneos internacionales.

La Arena Castelao fue el primer estadio para el Mundial de Brasil en ser terminado. Tras su remodelación fue estrenado por las selecciones de Brasil y México en la Copa Confederaciones. El Tri fue derrotado con goles de Neymar.

Tradicionalmente, la Arena Castelao es el estadio que da más suerte a Brasil en todo el país. Desde 1980, las estadísticas marcan que la verdeamarelha ha ganado siete partidos y sólo ha tenido una derrota. Estas cábalas son las que mantienen tranquilos a los brasileños cuando piensan en el partido contra México.

Aunque la creencia popular es que regularmente, el Tricolor se crece ante los brasileños y termina ganando, las estadísticas dictan otra cosa. De los 36 partidos en que las dos selecciones se han enfrentado, ya sea en amistosos u oficiales, Brasil se ha impuesto con 20 victorias frente a 10 de México y seis empates.

Si se revisan las estadísticas de partidos en territorio brasileño entre ambas escuadras, también la estadística beneficia a los anfitriones. De nueve partidos, sólo dos han sido ganados por México frente a cinco de Brasil y dos empates.

Un Estadio Verde

La Arena Castelao ha sido el primer estadio de Brasil en conseguir la certificación mundial como un Estadio Verde. Fue premiado por usar materiales que ayudan a reciclar el agua y evitar su desperdicio, por usar páneles solares en la captación de energía, por tener dispositivos de reciclaje y por no usar gases tóxicos para la atmósfera en el aire acondicionado de sus instalaciones, por lo que aquí dentro está prohibido fumar y a lo largo de un perímetro de ocho metros.

El estadio, tras la Copa del Mundo, será usado por los dos principales equipos locales, Ceará y Fortaleza. Aunque ninguno por ahora juega en Primera División y la asistencia a los partidos en esta región es muy baja.

El estadio fue construido en 1973 con el nombre de Gobernador Plácido Castelo, pero fue bautizado popularmente como Castelao. Tras su remodelación, ahora tiene espacio para 64 mil 846 personas.

Entre las remodelaciones también está un amplio estacionamiento subterráneo, además de la creación de áreas como palcos, área VIP, sector de prensa, zona mixta y vestidores nuevos. Y con la colocación de una membrana especial en el techo, todos los asientos están ahora cubiertos, incluidos los más próximos a la cancha.

Trabajos inconclusos

Afuera del estadio, las máquinas y los obreros trabajan a marchas forzadas, pesé a los 30 grados del calor seco del nordeste brasileño. Se construyen los accesos al Castelao por las diferentes avenidas que conectan. Habrá cuatro carriles exclusivos de autobús, una línea de tren ligero y dos estaciones de metro próximas, en caso de terminarlas.

Por ahora, todo lo que rodea al Castelão es una zona habitacional de escasos recursos, con vías que están sin terminar y en sus alrededores no hay infraestructura comercial.

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