El protocolo Apoyo Vital Avanzado en Trauma, conocido como ATLS por sus siglas en inglés y el cual es fundamental durante la primera hora después de que una persona queda inconsciente, no fue realizado correctamente por los médicos de la Comisión de Lucha Libre de Tijuana que atendieron al Hijo del Perro Aguayo.

A un año de la muerte del gladiador el presidente de la comisión de la ciudad fronteriza, Juan Carlos Pelayo, manifestó que los mecanismos para salvaguardar la integridad de los luchadores, se ha perfeccionado.

Pelayo manifestó que el fallecimiento del líder de los Perros cimbró al gremio luchístico y ayudó para mejorar los mecanismos de atención médica en Tijuana.

“Ante la adversidad que significó la muerte del Hijo del Perro Aguayo, se generó una oportunidad para cambiar muchas cosas a favor de la lucha libre. Yo pienso que el perfeccionamiento de los protocolos es una de las cuestiones positivas que nos dejó la muerte de este famosos luchador, aunque hay cosas que se nos escapan de las manos”, externó.

Dentro de los cambios que adoptó la Comisión de Lucha Libre de Tijuana se encuentra las pláticas que los réferis y cuerpo médico le dan a los luchadores antes de la función y en la cual se les explica los pasos a seguir cuando un compañero está lastimado y cuales son las señales que se tienen que dar para saber que los doctores tienen que entrar con prontitud al cuadrilátero.

“Actuar con prontitud es primordial, por eso hablamos antes con los luchadores porque cada minuto que pasa es valioso cuando existe una lesión de gran magnitud”, sostuvo el comisionado.

En Tijuana, según palabras de Pelayo, ninguna cartelera de lucha libre, boxeo o artes marciales mixtas, puede iniciar sin la presencia de una ambulancia y una ruta a seguir en caso de emergencia.

“Si no existe una ambulancia, si no hay servicios médicos, simplemente no empieza ningún evento. Los promotores deben de cumplir con todos los requisitos”.

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