Decepcionado aún del americanismo, Manuel Lapuente procura evitar más expresiones contra las Águilas, pero no lo consigue. “No quisiera opinar sobre eso [la marcha del equipo en el Clausura 2014], no me corresponde”, ataja el veterano técnico, ganador de mil batallas. “Sí, es doloroso, a mí ya me hubieran separado por mucho menos que eso”, expone, sin olvidar su amarga salida, luego de haber cosechado un título en El Nido de Coapa.

Vía telefónica, El Hombre de la Boina expresa tristeza cuando habla del América. “Espero que con El Turco no sea lo mismo, pero por mucho menos que eso, yo ya estaba fuera”, rememora, sin comprender todavía aquel pasaje que lo marginó de los millonetas.

Lapuente fue cesado del cargo en la fecha 3 del Torneo Clausura 2011, luego de acumular un empate y dos descalabros. Sin embargo, en la actualidad, Antonio Mohamed ha caído en una racha que en los tiempos de Manolo habría ameritado despido prácticamente inmediato.

Primero acumuló tres tropiezos en fila y en los últimos seis encuentros ha ganado uno, empatado otro y perdido cuatro. Sí, cuatro puntos de 18 posibles. Nada menos...

Este hecho parece ir en paralelo con una añeja polémica, relacionada con los futbolistas extranjeros, cada vez más numerosos, debido al recurso de los llamados naturalizados.

—¿Seguimos siendo país de conquista? —se le cuestiona.

“Seguirá siendo, seguirá siendo”, responde Lapuente con resignación. “Siempre lo digo, lo he dicho y lo he experimentado así”.

Explica: “Siguen con los cinco extranjeros, y siguen y siguen, y no se dan cuenta. Y luego esconden la pelotita diciendo que los naturalizados, que hay una cantidad tremenda de naturalizados. Todo mundo se escandaliza y se les paran los pelos de punta. Y el problema no son los naturalizados, porque ellos son mexicanos. El problema es traer tantos extranjeros, porque así no habría tantos naturalizados”.

Molesto, descubre que el volumen de foráneos resulta excesivo en nuestro balompié, lo que frena el progreso y desarrollo de los nuestros, dado que tampoco vienen los mejores prospectos del exterior: “Jugando en un equipo de 11, seguimos jugando con cinco extranjeros y seguimos trayendo, año con año, cada seis meses, y así seguimos. Y la mayoría no son de buena calidad, y por ahí vienen aquí a ver si resultan, porque si no se van a Europa. Vienen los que no son realmente figuras. Y yo pienso que la MLS ya está muy cerca de nosotros, precisamente por ese orden que tienen y nosotros no”, reprocha.

Ejemplo de esta crisis de valores parece ser Pumas. El club que en el pasado solía captar talento y trascender con jóvenes, hoy agrupa a varios foráneos, que con los naturalizados que adopta, el otro día, ante Atlante, llegó a emplear a ocho futbolistas no nacidos en México. “Es una problemática seria, no sólo de Pumas, sino del futbol mexicano, y no hay orden ni disciplina ni querer rescatar nuestras fuerzas básicas, porque en los diferentes equipos son bastante malas”.

Acentúa: “No hay fuerzas básicas, salvo en algunos equipos que sí las trabajan, pero otros no las trabajan bien, no les importa, no les interesa y todo debe partir de la Federación Mexicana de Futbol”.

Al respecto, alerta: “Tengo entendido que se da dinero a cada equipo para que cuide sus fuerzas básicas y la resultante es que cada club lo gasta como se le da la gana y ni siquiera hay una supervisión de parte de la Federación. ¿En qué gastas tu dinero, dónde está tu casa club, qué les das de comer a los muchachos, qué comen, cómo trabajan? Yo pienso que nuestro futbol puede venir a la baja y en eso hay que tener mucho cuidado”.

Por eso, “ojalá que mejoren las cosas, uno siempre lucha por un mejor futbol y esperemos que se recapacite después de esta crisis fuerte del futbol y se vea para adelante y se unan esfuerzos para, de una vez por todas, hacer un futbol sano y bueno”.

Google News

TEMAS RELACIONADOS