Con sólo descender de la pista de esquí del Rosa Khutor Alpine Center, en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014 este sábado, el mexicano Hubertus von Hohenlohe alcanzará un lugar en el Olimpo. Más allá del resultado que alcance, se convertirá en el deportista con más participaciones en unos Olímpicos invernales.

Serán seis distintas versiones en las que Hohenlohe haya participado. Una travesía que inició en Sarajevo 1984, pasando por Calgary 1988, Albertville 1992, Lillehammer 1994, Vancouver 2010 y que concluirá en la actual versión rusa de los Juegos en Sochi.

“Esta participación tiene dos lados sentimentales. Por un lado, darme cuenta de que he dejado mucho de mi vida sobre la nieve y, el otro, ver que este deporte me ha dado mucho. No empecé a competir para quedarme tanto tiempo, pero al final sentí que me gustaba y que trataba de prolongar mi vida deportiva lo más posible y, por suerte, lo conseguí”, comparte Hubertus, en charla con EL UNIVERSAL.

Antes de llegar a Sochi, Von Hohenlohe compartía la marca de más participaciones en unos Juegos Olímpicos Invernales, con cinco, con el costarricense Arturo Kinch, quien también practicaba el esquí alpino. El Príncipe mexicano, al poseer un título nobiliario por su ascendencia de un antiguo reino alemán, reconoce que al representar a México se dio cuenta que podía llegar a una justa olímpica, pero con el paso de los años asimiló que además se convirtió en un embajador del país para impulsar un deporte con nula tradición en México.

“Al principio corría para mí, para realizar mis sueños y para hacer lo que realmente me gustaba, que era el esquí, el descenso, los saltos, curvas, estar con los campeones compitiendo en los mismos Olímpicos. Pero en las últimas competencias sí fui más como embajador... Más como ‘si yo no estuviera, no habría ningún mexicano’. Es bonito que haya una continuación de México con su presencia en los Olímpicos invernales y espero que vengan más en los próximos Juegos con otros representantes”, apunta.

Von Hohenlohe logró su calificación desde abril del año pasado en la prueba de slalom. Apunta que participó en 10 competencias oficiales y que, en cinco de ellas, dio las marcas mínimas para lograr su participación en Sochi 2014. Si bien sabe que pensar en pelear medallas es improbable, cree que haber llegado a esta sexta versión ya es algo con lo que se siente satisfecho.

“Ya para mí era complicado calificarme, no sé qué sitio pueda lograr. Lo más importante es darlo todo, no asegurar, sino arriesgar. Sacaré provecho de mi experiencia ante una difícil pista”, advierte el atleta de 55 años de edad.

Vestido de charro, con las opiniones encontradas de sus propios compatriotas, es como Hubertus quiere pasar a la historia. Una vestimenta con la que desea mostrar que está orgulloso por unas tierras donde nació y a las que les tiene cariño, pese a vivir la gran parte de su vida en Europa.

De extender su vida deportiva a otros Juegos invernales más, conseguiría otra marca en la historia del olimpismo. La de ser el atleta con mayor edad en una justa de invierno. Pero, ese anhelo, es algo que Hohenlohe ya descartó completamente… por el momento.

“[Risas]… Lo que no has apuntado es que el sueco que tiene la marca [Carl August Kronlund, impuesta en Chamonix 1924 con 58 años de edad] hacía curling y yo hago esquí alpino. Así que tendría que cambiar de deporte para alcanzar esta marca [risas]. No quería ser famoso por ser el más viejo en algo. Ya ser el segundo más viejo en la historia está bastante bien. El esquí es más difícil que el curling así que veo poco factible el poder alcanzar esa marca, pero aquí estamos”, apunta voh Hohenlohe, el único hexaolímpico de invierno en la historia.

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